Las conclusiones más destacadas sobre la evolución del consumo y los problemas de drogas en España en los años más recientes son los siguientes: 1) ha descendido el consumo de tabaco, aunque la proporción de fumadores sigue siendo alta, 2) ha descendido la proporción de consumidores de bebidas alcohólicas, aunque ha aumentado la frecuencia de episodios de consumo intensivos (borracheras), 3) ha continuado disminuyendo progresivamente el número de inyectadores de drogas, 4) ha descendido lentamente la mortalidad directamente relacionada con drogas ilegales, aunque persiste un número elevado de muertes de este tipo (casi 800 en 2004), 5) en los inyectadores de drogas persisten altos niveles de infección por VIH y virus de la hepatitis, y de conductas de riesgo sexuales y de inyección, aunque ha disminuido progresivamente el número de nuevos diagnósticos de VIH en esta población, 6) después de muchos años de descenso, puede haberse estabilizado el consumo de heroína, e incluso puede haber comenzado a ascender, y 7) se está estabilizando o puede haber comenzado a descender el consumo de cocaína y cannabis, tras muchos años de aumento. A continuación se resume la evolución de la situación para cada una de las drogas y problemas más importantes, así como la evolución de otros aspectos relevantes relacionados con el consumo, como las diferencias de género, el riesgo percibido ante el consumo y la disponibilidad percibida de las distintas drogas.
Tabaco: Aproximadamente un tercio de los adultos españoles son fumadores. Según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) en 2005 un 32,8% de los españoles de 15-64 años eran fumadores diarios (37,0% de los hombres y 28,6% de las mujeres), y según la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), en 2006 lo eran un 14,8% de los estudiantes de 14-18 años (12,5% de los hombres y 16,9% de las mujeres). En los años más recientes se ha producido un importante descenso del consumo, especialmente entre los hombres de 35-64 años, y entre la población más joven. Así, según ESTUDES, la prevalencia de consumo diario entre los estudiantes de 14-18 años pasó de 21,5% en 2004 a un 14,8 % en 2006. Estos descensos pueden tener relación con las medidas puestas en marcha recientemente para reducir el
consumo. El volumen global de venta de cigarrillos también ha descendido recientemente (4663 millones de cajetillas en 2004 y 4504,9 en 2006), tras un aumento ininterrumpido en el período 1995-2004, lo que es coherente con el descenso del consumo que muestran las encuestas.
Bebidas alcohólicas: La mayoría de la población española consume bebidas alcohólicas esporádica o habitualmente. Según EDADES, en 2005 un 64,6% de la población de 15-64 años había bebido alguna vez en los últimos 30 días, concentrándose el consumo en el fin de semana (viernes, sábado y domingo), especialmente en el caso de los jóvenes de 15-34 años. La cerveza/sidra era la bebida consumida por mayor número de personas tanto en fines de semana como en días laborables, seguida del vino/champán durante los días laborables y los combinados/cubatas durante el fin de semana. La proporción de personas que bebían diariamente era bastante reducida, siendo más elevada entre los hombres, especialmente entre los de 35-64 años. De hecho en 2005 había bebido diariamente en los últimos 30 días un 14,9% de la población de 15-64 años (un 22,5% de los hombres y un 7,0% de las mujeres). Eran bastante frecuentes los episodios de intoxicación etílica aguda (borrachera), especialmente entre los jóvenes. De hecho en 2005, un 19,7% de la población de 15-64 años se había emborrachado alguna vez en los últimos 12 meses (27,2% de los hombres y 12,0% de las mujeres; 30,9% de la población de 15-34 años y 11,3% de la de 35-64 años). Por su parte, los datos de ESTUDES indican que en 2006 un 74,9% de los estudiantes de 14-18 años habían consumido bebidas alcohólicas en el último año y un 58 % en el último mes, concentrándose muchísimo el consumo en el fin de semana.
Entre estos estudiantes la bebida más consumida eran los combinados/cubatas, si bien en días laborables predominaba la cerveza. Los lugares más frecuentes de consumo eran los bares o pubs, los espacios públicos abiertos, y las discotecas. Un 45,6% se había emborrado algún día en el último año y un 25,6% en el último mes.
En la población de 15-64 años la tendencia temporal de la prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas de forma esporádica o habitual y de intoxicaciones etílicas parece estable. Entre los estudiantes de 14-18 años ha descendido la extensión del consumo de alcohol, pasando la prevalencia de consumo en los últimos 12 meses de 82,7% en 1994 a 74,9% en 2006, y en los últimos 30 días de 75,1% a 58,0%; sin embargo, en 2006 continuaba la tendencia ascendente de las borracheras. Así, entre los
que habían tomado bebidas alcohólicas en los últimos 30 días la proporción de los que se habían emborrachado en ese mismo período pasó de 27,6% en 1994 a 41,9% en 2004 y 44,1% en 2006. Por su parte, el consumo per cápita de bebidas alcohólicas, obtenido de los datos de compra, sigue una tendencia descendente desde hace bastantes años, pasando de 99,8 litros en 1996 a 93,8 litros en 2004, y 90,1 litros en 2006.
Heroína: Aunque históricamente en España la heroína ha sido responsable de la mayoría de los problemas graves relacionados con las drogas ilegales detectados en España, en los últimos años ha disminuido de forma importante tanto el consumo como los problemas asociados a esta droga. Hasta 2004 todos los indicadores manejados por el OED (indicadores de control de la oferta, encuestas domiciliarias y escolares, estimaciones del consumo problemático, tratamientos, urgencias o muertes relacionados con el consumo de heroína) mostraban una tendencia descendente. Por ejemplo, el número de personas tratadas por primera vez en la vida por abuso o dependencia de heroína pasó de 20017 en 1992 a 16647 en 1996, 7461 en 2001, y 3836 en 2004, la proporción de urgencias directamente relacionadas con drogas en que se menciona consumo de heroína pasó de 61,5% en 1996 a 40,5% en 2000 y 24,2% en 2004, y el número de muertes por reacción aguda a drogas con presencia de opioides en seis grandes ciudades de 544 en 1992 a 391 en 1996, 225 en 2003, y 183 en 2004. Sin embargo, a partir de 2004 se ha notado un aumento de la prevalencia de consumo de heroína alguna vez en la vida entre los estudiantes de 14-18 años (0,5% en 1994, 0,7% en 2004 y 1% en 2006), una ralentización del descenso del número de primeras admisiones a tratamiento por abuso o dependencia de heroína (3836 en 2004 y 3604 en 2005, una estabilización de la edad media de admisión a tratamiento y un descenso de la edad media de inicio en el consumo entre los admitidos a tratamiento por primera vez en la vida, y una estabilización de las urgencias hospitalarias directamente relacionadas con drogas en que se menciona consumo de heroína (24,2% en 2004 y 24,8% en 2005) y de la presencia de opiodes en las muertes directamente relacionadas con drogas en seis grandes ciudades (183 en 2004 y 185 en 2005). Igualmente, a partir de 2003 se observa un descenso de la relación precio-pureza de los pequeños decomisos de heroína, lo que se interpreta como un aumento de la oferta de heroína.
Estos datos permiten plantear la hipótesis de que el consumo y los problemas por heroína pueden haber tocado fondo, y pueden volver a aumentar otra vez. Por otra parte, continúa descendiendo el uso de la inyección para consumir heroína. De hecho, la proporción de tratados por heroína por primera vez en la vida que consume esta droga principalmentepor inyección pasó de 50,3% en 1991 a 18,2% en 2002, 16,4% en 2004 y 15,1% en 2005. La vía inyectada ha sido sustituida principalmente por la vía pulmonar (“fumar chinos”). En 2005, sólo cuatro comunidades autónomas (Navarra, Aragón, Cantabria y Cataluña) estaban por encima del 25% en cuanto a la proporción de admitidos a tratamiento por primera vez que usaban preferentemente la
heroína por inyección.
Cocaína: La cocaína es en la actualidad la droga ilegal que genera un mayor volumen de problemas en España. En los últimos años ha aumentado mucho tanto el consumo como los problemas asociados. Todos los indicadores manejados por el OED son consistentes a la hora de mostrar el aumento del consumo hasta 2004-2005. Por ejemplo, la prevalencia anual de consumo entre la población de 15-64 años pasó de 1,8% en 1995 a 2,7% en 2003 y 3,0% en 2005, la prevalencia anual entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años de 1,8% en 1994, a 2,7% en 1996, 6,2% en 2002, y 7,2 en 2004, y el número de tratados por primera vez en la vida por cocaína de 932 en 1992 a 1892 en 1996, 5977 en 2001, 11851 en 2003, y 15258 en 2005. Por su parte, la proporción de urgencias hospitalarias directamente relacionadas con drogas ilegales en que se menciona cocaína pasó de 26,1% en 1996 a 44,4% en 2001, 49,0% en 2002, 58,5% en 2004 y 63,4% en 2005, y la proporción de muertes por reacción aguda a drogas ilegales en que se detecta cocaína y no opioides pasó de 0%-2% en la década de los ochenta a 3,9% en 1996, 6,1% en 2000, 16,4% en 2003, y 20,6% en 2005. Por su parte, la oferta de cocaína durante el mismo período se mantuvo estabilizada o aumentó. De hecho, el indicador precio-pureza de los pequeños decomisos de esta droga se mantuvo bastante estable; sin embargo, la disponibilidad percibida de esta droga mostró un aumento sostenido tanto entre la población de 15-64 años, como entre los estudiantes de 14-18 años. Frente a este panorama negativo, recientemente han aparecido algunas evidencias que hacen pensar que puede estar iniciándose un cambio positivo en la evolución temporal del consumo y los problemas por cocaína en España. Por ejemplo, entre los estudiantes de 14-18 años se han observado descensos tanto de la prevalencia anual de consumo de cocaína (que ha pasado de 7,2% en 2004 a 4,1% en 2006) como de la disponibildad percibida de esta droga. Además, se ha ralentizado el crecimiento del número de admisiones a tratamiento por cocaína, y de la proporción de urgencias hospitalarias directamente relacionadas con drogas ilegales en que se menciona cocaína.
Aunque es probable que en España esté aumentando el uso de cocaína fumada (conocida aquí como base o cocaína-base), las prevalencias de consumo que muestran las encuestas domiciliarias o escolares no son aún elevadas, por lo que es probable que su consumo permanezca en buena medida confinado en los círculos de los consumidores de heroína. Además, aunque los problemas relacionados con el consumo de cocaína-base han aumentado en los últimos años (de hecho, el número de primeros tratamientos por cocaína consumida preferentemente por vía pulmonar pasó de 139 en 1991 a 1284 en 2001, 1837 en 2004, y 1755 en 2005), lo han hecho a un ritmo mucho menor que la cocaína esnifada, y en 2005 la proporción que suponían los tratamientos por cocaína fumada sobre el total de tratamientos por cocaína era sólo de un 11,5%, y la proporción de urgencias relacionadas con cocaína fumada sobre el total de urgencias relacionadas con cocaína de un 22,7%, frente a un 80,6% y
55,4%, respectivamente, de los tratamientos y las urgencias relacionados con cocaína esnifada. Cannabis:En España el consumo de cannabis está muy extendido, incluso el consumo diario, cuya prevalencia en la población de 15-64 años alcanzaba en 2005 un 2,0%. El consumo y los problemas por cannabis aumentaron de forma considerable entre 1994 y 2004-2005. La prevalencia anual de consumo entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años pasó de 18,2% en 1994 a 32,8%
en 2002 y 36,6% en 2004, mientras que en la población de 15-64 años pasó de 7,5% en 1995 a 11,3% en 2003.
Se observó también un aumento importante de los primeros tratamientos por abuso o dependencia de cannabis (que pasaron de 1300 en 1996 a 2487 en 2000 y 5389 en 2004) y de la presencia de cannabis en las urgencias hospitalarias (7,4% en 1996, 14,8% en 2000, 25,1% en 2004 y 27,9% en 2005), aunque es preciso interpretar correctamente el papel del cannabis en los eventos en los que también se menciona el consumo de otras drogas. Sin embargo, al igual que sucedía con la cocaína, hay evidencias que indican que a partir de 2004-2005 puede haberse producido un cambio de tendencia en la evolución del consumo y los problemas por cannabis. De hecho, la prevalencia anual de consumo de esta droga en la población de 15-64 años ha pasado de 11,3% en 2003 a 11,2% en 2005, la prevalencia anual entre los estudiantes de 14-18 años de 36,6% en 2004 a 29,8% en 2006, y el número de admisiones a tratamiento por primera vez en la vida por abuso o dependencia de cannabis de
5319 en 2004 a 4426 en 2005. Igualmente, en los años más recientes ha aumentado el riesgo percibido ante el consumo de esta droga tanto entre los estudiantes de 14-18 años como entre la población general de 15-64 años, y ha disminuido la disponibilidad de cannabis percibida por los estudiantes de 14-18 años.
Hipnosedantes:Con este término nos referimos tanto a los tranquilizantes como a los somníferos, sustancias que son consumidas por un número importante de personas en España, en la mayor parte de los casos prescritas por los médicos. La prevalencia anual de consumo era de un 5,1% (1,2% si se considera sólo el consumo sin receta médica) entre de la población de 15-64 años en 2005 y de un 7,4% (4,8% si se considera sólo el consumo sin receta médica) entre los estudiantes de 14-18 años en 2006, siendo en ambos casos más alta en las mujeres. Por otra parte, una elevada proporción de consumidores de heroína o cocaína, consumen también hipnosedantes, lo que suele contribuir a aumentar sus problemas. De hecho, según una encuesta realizada en 2003-2004, un 47,0% de los admitidos a tratamiento por heroína o heroína+cocaína habían consumido hipnosedantes el mes previo, cifra que era del 25,6% entre los admitidos por cocaína. En la gran mayoría de los casos los hipnosedantes consumidos son benzodiazepinas. Entre 1996 y 2004 aumentó el número de primeras admisiones a tratamiento por abuso o dependencia de hipnosedantes pasando de 186 en 1996 a 214 en 2000, y 441 en 2004; sin embargo, en 2005 ha descendido hasta 383. La evolución de la presencia de hipnosedantes en las urgencias hospitalarias y muertes directamente relacionadas con drogas ilegales no se puede conocer directamente sin un estudio pormenorizado, porque a lo largo del tiempo han cambiado los criterios de recogida y análisis de la información.
Estimulantes tipo anfetaminas o éxtasis: En España, al contrario que en otros países europeos, la prevalencia de consumo de estos estimulantes es menor que la de cocaína. En las encuestas domiciliarias o escolares no se aprecia una tendencia clara del consumo, aunque parece estar estabilizado o en descenso. Además, la mayor parte de los consumidores toman las anfetaminas o el éxtasis de forma bastante esporádica, por lo que el peso de estas sustancias en el conjunto de problemas por drogas
ilegales es escaso. De hecho en 2005 las anfetaminas motivaron el 0,5% de los tratamientos por drogas ilegales y se mencionaron en el 4,8% de las urgencias y en el 2,6% de las muertes directamente relacionadas con drogas ilegales, siendo las cifras para éxtasis 0,3%, 5,7%, y 0,4%, respectivamente.
Quizá con la salvedad del año 2002, durante el período 1996-2005 se aprecia una relativa estabilidad del número de admisiones a tratamiento por abuso o dependencia de éxtasis o anfetaminas (450-650), aunque en los años más recientes tienden a aumentar los tratamientos por anfetaminas y a disminuir por éxtasis. En cuanto a la presencia de anfetaminas o éxtasis en las urgencias o muertes directamente relacionadas con drogas ilegales, es difícil apreciar las tendencias por las fluctuaciones interanuales, pero parece que se produjo un aumento hasta el año 2000 y a partir de entonces se ha mantenido relativamente estable.
Alucinógenos: La prevalencia de consumo de estas sustancias es muy baja y todavía más bajos los problemas relacionados con el consumo. Además, el consumo y los problemas parecen estabilizados o en descenso. Así, en la población de 15-64 años la prevalencia anual de consumo fue de 0,8% en 1995 y de 0,7% en 2005, y en los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años de 4,4% en 1994, 3,1% en 2004, y 2,8% en 2006. El número de tratamientos por alucinógenos pasó de 74 en 1996
a 39 en 2005, y la mención de alucinógenos en las urgencias directamente relacionadas con drogas es relativamente estable, con algunas fluctuaciones interanuales.
Diferencias intersexuales en el consumo de drogas y los problemas asociados: Los hipnosedantes son las únicas drogas consideradas en que la prevalencia de consumo es más elevada en las mujeres que en los varones. En cuanto al tabaco y el alcohol, aunque las diferencias se han reducido en los últimos años, las prevalencias continúan siendo más altas en los varones. Así, en 2005 en la población de 15-64 años la prevalencia de fumadores diarios de tabaco fue de 37,0% y 28,6%, respectivamente, la prevalencia mensual de consumo de bebidas alcohólicas de 76,0% en hombres y de 52,9% en mujeres, y las diferencias relativas fueron aún más amplias en el caso de los bebedores diarios o las intoxicaciones etílicas. En los jóvenes de 15-34 años las diferencias intersexuales relativas se reducen mucho, llegando en los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años, a ser claramente más alta la prevalencia de consumo de tabaco diario de las mujeres que la de los hombres (16,9% frente a 12,5% en 2006). Por lo que respecta a las drogas de comercio ilegal, las prevalencias de consumo de los hombres continúan siendo varias veces más elevadas que las de las mujeres, sin que se aprecie una reducción de las diferencias. Así, por ejemplo, en 2005 en la población de 15-64 años la prevalencia mensual de consumo de cannabis fue de 12,5% en hombres y 4,7% en mujeres y la de cocaína de 2,5% en hombres y 0,7% en mujeres. En los jóvenes las diferencias intersexuales relativas se reducen, sobre todo en el caso del cannabis (con prevalencias anuales de consumo según sexo muy parecidas en 2006
entre los estudiantes de 14-18 años). Por lo que respecta a los problemas relacionados con drogas de comercio ilegal, se reproduce el sentido de las diferencias intersexuales, pero las diferencias son mayores. Así, en 2005 las razones hombre/mujer en las admisiones a tratamiento, urgencias hospitalarias y muertes directamente relacionadas con drogas ilegales, fueron, respectivamente, 5,5, 3,1 y 6,3, razones que salvo en el caso de las urgencias no muestran una tendencia clara al descenso.
Percepción del riesgo ante el consumo de drogas: El riesgo percibido ante distintas conductas de consumo de drogas (medido por la proporción de personas que piensa que una conducta dada puede provocar bastantes o muchos problemas) puede influir en la decisión de consumir y como tal ser un indicador indirecto de la evolución presente o futura del consumo. En 2005 las conductas consideradas más peligrosas por la población de 15-64 años eran el consumo habitual de heroína, alucinógenos,
cocaína y éxtasis, y las menos peligrosas el consumo de cinco o seis cañas o copas en fin de semana, el consumo esporádico de hipnosedantes o cannabis. También se percibía un riesgo bastante bajo ante el consumo habitual de cannabis o hipnosedantes, así como ante el consumo diario de un paquete de cigarrillos o de 5 ó 6 cañas/copas de bebidas alcohólicas. Entre 1997 y 2005 aumentó bastante el riesgo percibido ante el consumo de un paquete de tabaco diario, y algo el riesgo percibido ante el con-
sumo esporádico o experimental de éxtasis o cocaína. Sin embargo, disminuyó el riesgo percibido ante el consumo esporádico o habitual de cannabis, y ante el consumo diario o semanal de bebidas alcohólicas (tendencia que parece haberse invertido a partir de 2003).
Por lo que respecta a los estudiantes de 14-18 años, la percepción del riesgo ante el consumo diario de tabaco se mantuvo relativamente estable hasta 2002 y aumentó a partir de ese año, sobre todo en el período 2004-2006. La percepción de riesgo ante el consumo de alcohol (5-6 copas en fin de semana o 1-2 copas diarias) disminuyó en el período 1994-2004 y aumentó a partir de ese año. Finalmente, el riesgo percibido ante el consumo de cannabis disminuyó en el período 1994-2002 y aumentó a partir de entonces. Es más difícil interpretar la evolución de la percepción del riesgo para otras drogas,
porque el indicador se muestra poco sensible.
Disponibilidad de drogas percibida:En general, la población española piensa que es bastante fácil acceder a las drogas de comercio ilegal. En cuanto a las tendencias temporales, entre 1995 y 2005 ha aumentado bastante la disponibilidad percibida por la población de 15-64 años de las cinco principa- les drogas de comercio ilegal (heroína, cocaína, éxtasis, alucinógenos y cannabis), correspondiendo los mayores aumentos a cannabis (50,3% consideraban que era fácil o relativamente fácil obtenerlo
en 1995 y 66,4% en 2005) y a cocaína (de 39,5% a 53,3%). En cuanto a los estudiantes de 14-18 años, entre 2004 y 2006 se observa un descenso generalizado de la disponibilidad percibida de todas las drogas, siendo estos descensos muy importantes para cannabis y cocaína, drogas para las que aparecen por primera vez tras un ascenso continuado desde 1994. En el caso de otras drogas, como heroína, anfetaminas, éxtasis y alucinógenos continúa la tendencia descendente que ya se manifestaba en 2004. El menor descenso en la disponibilidad percibida afecta al alcohol.
Muertes relacionadas con las drogas ilegales: Es muy difícil estimar el número global de muertes en las que las drogas ilegales tienen alguna implicación, por lo que es preferible centrarse en las muertes directamente relacionadas con el consumo de estas drogas (muertes por reacción aguda a drogas). En el conjunto de España estas muertes aumentaron muchísimo entre 1983 y 1991-1992, pasando de 266 a aproximadamente 1.800 muertes anuales. Luego descendieron rápidamente hasta situarse en
cifras en torno a 1.100 en 1995, y a partir de entonces han descendido muy lentamente, estimándose 796 muertes para 2004. La serie histórica de seis grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao) muestra una curva bastante similar a la estimada para el conjunto de España con descensos entre 1991 y 2002 y una relativa estabilidad a partir de ese año. El descenso de la mortalidad directamente relacionada con drogas ilegales se relaciona muy probablemente con el
descenso del número de inyectores y con la expansión de los tratamientos de mantenimiento con metadona y otros programas de reducción del daño. Aunque la cocaína tiene una presencia creciente en las muertes directamente relacionadas con drogas ilegales (en 2005 se detectó cocaína y no opiodes en un 20,6% de estas muertes), el impacto global de la cocaína en la mortalidad sigue siendo desconocido, porque es probable que algunas muertes con implicación de esta droga no lleguen a ser
muertes judiciales, ni se refleje dicha implicación en el certificado oficial de defunción.
Informe completo
PNSD (Plan Nacional Sobre Drogas)
domingo, 14 de marzo de 2010
Informe 2009 del Observatorio Español sobre Drogas
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