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Introducción
El cannabis o marihuana, es la sustancia ilegal más consumida en la mayoría de los países, incluyendo Reino Unidos y USA. Actualmente, alrededor de un 20% de jóvenes reporta el consumo de cannabis al menos una vez por semana o consumo regular (consumo > 100 ocasiones). El consumo ha crecido particularmente en el inicio de la adolescencia, cuando el cerebro en desarrollo puede ser especialmente susceptible a
exposiciones medioambientales.
Estudios experimentales y estudios de consumidores proporcionan una firme evidencia de que la intoxicación con cannabis puede producir experiencias psicóticas y afectivas
transitorias y normalmente leves. De mayor preocupación son los síntomas crónicos que persisten más allá u ocurren independientemente de los efectos de la intoxicación.
No está claro si el cannabis aumenta la incidencia de síntomas establecidos tales como la esquizofrenia o la depresión pero esta cuestión es importante dado que estos trastornos ocasionan un malestar importante a los individuos, a sus familias y al erario público por los costes de los cuidados de la salud.
Es improbable que
Ensayos Clínicos Aleatorizados (ECA) del consumo médico de cannabis sean de ayuda para responder esta cuestión de la causalidad, dado que hay diferencias sustanciales entre los perfiles farmacocinéticos de tales preparados y los del cannabis consumido como droga recreativa. Los periodos de seguimiento típicamente cortos de los ensayos clínicos también dificultan sustancialmente la interpretación de los resultados.
Las revisiones previas en este campo no han sido muy sistemáticas, han examinado amplios efectos psicosociales más que la enfermedad mental o han incluido datos de estudios transversales. Nosotros hemos revisado sistemáticamente estudios longitudinales de consumo de cannabis y los consiguientes efectos psicóticos o de salud mental afectiva y hemos evaluado la fuerza de la evidencia de que el consumo de cannabis y estos efectos están relacionados causalmente.
Métodos
Selección de estudios y recogida de datos Se incluyeron los estudios si eran longitudinales y basados en la población o estudios caso-control anidados en diseños longitudinales. Excluimos cohortes de personas con enfermedad mental o problemas relacionados con el consumo de drogas, estudios de poblaciones carcelarias y ECAs de cannabis para uso médico.
Los resultados diagnósticos para psicosis incluyeron: esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, esquizoafectivo o psicótico, psicosis afectiva y no afectiva,
psicosis no especificada de otra manera, síntomas psicóticos, delusiones, alucinaciones o trastorno del pensamiento. La presencia de delusiones, alucinaciones, o trastorno del pensamiento fue un requisito para todos los efectos de psicosis.
El trastorno afectivo, de estado de ánimo o bipolar, los trastornos afectivos no especificados de otra manera, la depresión, la idea de suicidio o intentos de suicidio, la ansiedad, la neurosis y la manía se incluyeron en los efectos afectivos.
Buscamos en las distintas bases de datos desde su inicio hasta el 5 de septiembre de 2006: Medline, Embase, Índice Acumulado de Literatura sobre Salud para Enfermería y Afines (CINAHL) acceso por OVID; PsycINFO acceso por WebSPIRS; ISI Web de Conocimiento, ISI Procedimientos, ZETOC (base de datos Británica de revistas y contenidos de conferencias); BIOSIS en EDINA Ciencias de la Salud en Latinoamérica y el Caribe (LILACS) y en Literatura sobre Ciencias de la Salud del Caribe (MEDCARIB).
Buscamos utilizando la entrada “([psicosis o esquizofrenia o sinónimos] o [trastorno afectivo o depresión o sinónimos]) y (cannabis o sinónimos)”, empleando textos de palabras e indexando términos (MeSH) (los deta- lles completos están disponibles en la web departamental de GL).
La búsqueda se restringió a estudios en humanos pero no se limito por el idioma o el diseño del estudio.
Buscamos la bibliografía de los estudios incluidos y escribimos a expertos en este campo y a investigadores responsables de los estudios para encontrar otros estudios relevantes publicados o no. Examinamos todos los títulos y resúmenes y obtuvimos textos completos de artículos potencialmente relevantes. Trabajando de manera independiente y por duplicado, leímos los artículos y determinamos si cumplían los criterios de inclu-
sión empleando un registro de criterios de elegibilidad (disponible en la web departamental de cada autor).
Resolvimos los desacuerdos por consenso y extrajimos datos independientemente y por duplicado. Evaluamos la calidad de los estudios según como se recogían en cada uno de ellos las explicaciones potenciales no causales, particularmente los sesgos y los factores de confusión. Valoramos la información sobre la estrategia de la muestra, las tasas de respuesta, las pérdidas de datos, las pérdidas y los intentos de revertir la causalidad inversa, los efectos de la intoxicación y los factores de confusión.
Síntesis de los datos
Cuando se consideró que las características de los estudios eran razonablemente homogéneas, los agrupamos y combinamos los datos en un meta análisis; de lo
contrario, presentamos una síntesis relatada de los datos. Combinamos los estudios usando el modelo de efectos aleatorizados de Dersimonian y Laird y el comando metan de Stata® (9·0). Cuando los estudios sólo presentaban datos de subgrupos estos se incorporaban como estudios separados. Valoramos la heterogeneidad usando la estadísticaI2. Se investigó la presencia de sesgos de publicación usando gráficos de embudo y el Test de Egger. Un resumen del cumplimiento de las guías MOOSE está disponible en la web departamental de GL.
Papel del patrocinador del estudio
El patrocinador del estudio no tuvo ningún papel en el diseño del estudio, la recogida de datos, el análisis de los datos, la interpretación de los datos o en la redacción del informe. El autor correspondiente tenía acceso completo a todos los datos del estudio y era el responsable final de la decisión de presentarlo para su publicación.
Resultados
Las búsquedas de bibliografías en bases de datos electrónicas, el consejo de los expertos y las búsquedas de las bibliografías de los estudios incluidos y otras
revisiones proporcionaron 4804 referencias. Según sus títulos y resúmenes consideramos que 175 (3-6%) de estas referencias contenían potencialmente suficientes detalles como para ser relevantes. Se excluyeron 143 de estas referencias por no ser relevantes una vez leído el artículo completo. Los detalles de los estudios que se excluyeron en esta etapa, incluyendo aquellos que consideramos como casi pérdidas, están disponibles en la
web departamental de GL.
Encontramos 11 estudios de psicosis; estos informes presentaban datos de siete estudios de cohorte. Había cinco cohortes basados en población adulta: el estudio Área de Captación Epidemiológica (ECA) de los USA; el estudio de Estadios Prematuros de
Desarrollo de Psicopatología (EDSP) en Alemania el Estudio Holandés de Salud Mental y Estudio de Incidencia (NEMESIS) Estudio Nacional de Morbilidad Psiquiátrica (NMPS) de UK y la Cohorte de Registros Sueca.
Había también dos cohortes de nacimiento, de Dunedin y de Christchurch(CHDS) en Nueva Zelanda. Para los registros suecos y las cohortes CHDS, se incluyeron los datos de los informes más recientes en cada caso ya que tenían periodos de seguimientos más largos para cubrir más eventos y tenían análisis más completos para reducir al mínimo la causalidad reversa y los efectos de confusión. La omisión de individuos con esquizofrenia simple no dio resultados diferentes para la esquizofrenia en el estudio de registros sueco (Zammit S, no publicado). Sin embargo, no se incluyeron los resultados de la psicosis no esquizofrénica de esta cohorte, debido a que los códigos diagnósticos que se usaron incluían potencialmente a muchas personas sin psicosis según como se define en este estudio.
Tres de los estudios elegidos examinaron los trastornos psicóticos que se definieron como: la presencia de síntomas psicóticos con evidencia concomitante de funcionamiento limitado (Dunedin, NEMESIS, y los registros Suecos) y seis estudios utilizaron los efectos más amplios de los síntomas psicóticos, sin el requisito de funcionamiento limitado (CHDS, Dunedin, ECA, EDSP, NEMESIS y NMPS.
Para los resultados afectivos, se identificaron 24 informes de 15 cohortes de estudios: dos cohortes de nacimiento de Nueva Zelanda (CHDS y Dunedin,); seis cohortes basadas en población adulta de USA (Berkeley, ECA, y estado de NY,) y RU (NMPS [Haynes J,Universidad de Bristol, comunicación personal]), Australia (Servicio de Salud Mental de Northern Rivers, NoRMHS), y Colombia, y siete cohortes basadas en población escolar de Australia (Victoria) y USA (AddHealth, Baltimore,
INFORME COMPLETO
Resumen:
Objetivos: Examinar la dirección de causalidad entre el comportamiento antisocial de los jóvenes y el consumo (inadecuado) de alcohol a corto y largo plazo conjuntamente con los efectos asociados al problema relacionado con el alcohol.
Métodos: Los datos provienen de un estudio longitudinal (2586 alumnos), que permite explorar los efectos del consumo (inadecuado) de alcohol y el comportamiento antisocial entre los 11 y los 15 años de edad, usando modelos de ecuación estructural de las relaciones a largo y corto plazo y modelos de los efectos asociados respecto al problema relacionado con el alcohol a los 15 años de edad.
Este método nos permitió evaluar cual de las tres hipótesis descritas como “desinhibición” [el consumo (inadecuado) de alcohol causa o facilita el comportamiento antisocial], “susceptibilidad” [el comportamiento antisocial causa el consumo (inadecuado) de alcohol] o “reciprocidad” [el consumo (inadecuado) de alcohol causa comportamiento antisocial y viceversa], recibe más apoyo, tanto en general como por géneros, por clase social y por el contexto en el que se bebe.
Resultados: En general, los resultados apoyan la hipótesis de la susceptibilidad, particularmente en los modelos a largo plazo. No hay apoyo para la desinhibición “pura.” Sin embargo, en los modelos a corto plazo y de los efectos asociados (esto es, hasta que el desfase de tiempo se hace más corto) hay evidencia de que según el género, la clase social o los lugares de bebida, se cumple que, además de que el comportamiento antisocial causa el consumo (inadecuado) de alcohol, también ocurre lo inverso.
Conclusiones: El comportamiento antisocial es el principal factor predictivo de consumo (inadecuado) de alcohol y del problema relacionado con el alcohol, con el consumo de alcohol impactando sólo modestamente sobre el comportamiento antisocial y el problema relacionado con el alcohol a corto plazo.
Introducción
Este artículo examina la relación entre el consumo (inadecuado) de alcohol, el comportamiento antisocial y el problema relacionado con el alcohol (es decir, la concomitancia del alcohol y el comportamiento disruptivo) entre los jóvenes en el oeste de Escocia en la última mitad de los años 90. La evidencia de una dramática elevación en el consumo de alcohol en este grupo de edad (particularmente mujeres) tanto en este área concreta (Sweeting y West, 2003) como en general en el Reino Unido (Rodham y col., 2005; Plant y Plant, 2006), conjuntamente con su pobre posición en comparación con el resto de Europa (Hibell y col., 2004), ha hecho de la reducción del consumo (inadecuado) de alcohol, especialmente beber para emborracharse alcohólicas y las borracheras públicas, una prioridad del Gobierno Británico (Oficina Estatal, Unidad de Estrategia del Primer Ministro, 2004). De forma similar, la evidencia de un incremento en los trastornos de la conducta en los jóvenes(Collishaw y col., 2004) justifica diversas políticas para reducir el comportamiento antisocial.
Dada la bien establecida relación entre el consumo (inadecuado) de alcohol y el comportamiento antisocial (Plant y col., 1985; Sanford, 2001; Miczek y col., 2004; Rose y col., 2004) un importante paso de esta incorporan intentas para reducir el consumo de alcohol de los jóvenes. (Marsh y Fox, 1992).
Aunque bien documentada, la relación entre el consumo (inadecuado) de alcohol y el comportamiento antisocial no es simple, con distintas visiones que producen diferentes predicciones acerca de la dirección de la causalidad. Esto puede formularse como tres hipótesis básicas, representando efectos de desinhibición, susceptibilidad y reciprocidad respectivamente, cada una de los cuales puede aplicarse tanto a corto como a largo plazo.
La primera (hipótesis de desinhibición) postula que el alcohol causa o facilita el comportamiento antisocial en el corto (más inmediato) plazo, como consecuencia de los efectos agudos sobre el cerebro, en particular su impacto sobre el funcionamiento pre-frontal (Room y Collins 1988; Bushman y Cooper, 1990; Graham y col., 1988). Por ejemplo, un estudio de jóvenes concluyó que la violencia entre los individuos alcohol dependientes ocurría cuando, y posiblemente debido a que, estaban bajo la influencia del alcohol(Arseneaukt y col., 2000).
A largo plazo, hay un impacto potencial adicional del consumo crónico (inadecuado) de alcohol sobre el comportamiento antisocial por medio de la afectación del hipocampo (limitación de la memoria, del aprendizaje y consecuentemente del funcionamiento ejecutivo general) u otras limitaciones neurológicas Tapert y col., 2005; Howard, 2006). Además el exceso de alcohol puede asociarse con limitación en las relaciones con los padres y los semejantes, con dificultades en la escuela o el trabajo, con conflictos con las fuerzas de seguridad y con una cadena de relaciones pervertidas o antisociales (Brook y col., 1998).
Contrastando con la visión que predica un efecto del alcohol sobre el comportamiento antisocial, la segunda hipótesis (susceptibilidad) postula lo contrario; las personas con susceptibilidad a, o en la trayectoria de un comportamiento antisocial, consumen
alcohol en mayor medida que aquellos que son menos susceptibles. Por tanto, el comportamiento antisocial es la causa del consumo (inadecuado) de alcohol,
tanto a corto como a largo plazo. El consumo de drogas, incluyendo el alcohol, por los adolescentes se ha relacionado con características tales como pérdida de control y agresión a edades (mucho) más tempranas (Block y col., 1988; Windle, 1990; While y col., 1993; Brooke y col., 1996), ocasionando una incapacidad general para controlar el comportamiento. Esto podría surgir de diversas causas incluyendo factores genéti-
cos comunes (Clark y col., 2002; Cooper y col., 2003; Stallings y col., 2005) o factores sociales. Cada una de estas explicaciones es consistente con la noción de
que factores de orden superiores representan la esencia de los procesos psicopatológicos, en este caso expresado mediante la externalización de problemas (Krueger y col., 1998). Alternativamente (o adicionalmente), el comportamiento antisocial puede causar un consumo (inadecuado) del alcohol por medio de la asociación con otras personas antisociales consumidores de alcohol (Barnow y col., 2006).
Finalmente, la tercera (hipótesis recíproca) postula que tanto el consumo (inadecuado) de alcohol causa comportamiento antisocial como el comportamiento antisocial puede causar consumo (inadecuado) de alcohol, estableciéndose así un circuito retroalimentado.
A corto plazo, el alcohol y el comportamiento antisocial pueden alimentarse el uno al otro intensificando la agresión en contextos sociales particulares(Graham y col., 1998, 2000). A largo plazo, la consecuencia del consumo (inadecuado) de alcohol puede interactuar con factores individuales (impulsividad, búsqueda de sensaciones, personalidad agresiva) incrementando de esta manera la desregulación y los problemas de juicio, conduciendo a unos todavía peores consumos de alcohol y comportamiento antisocial (Howard, 2006; Measelle y col., 2006).
Cada una de las hipótesis comentadas anteriormente explica la relación entre el consumo (inadecuado) de alcohol y el comportamiento antisocial en general.
Problemas más específicos relacionados con el alcohol tales como peleas, discusiones o problemas con la policía debido a la bebida pueden ser efectos asociados de (tendencia hacia) un comportamiento antisocial en adición al consumo (inadecuado) de alcohol. Por tanto, las mismas tres hipótesis son relevantes para su pronóstico. Consecuentemente, la hipótesis de desinhibición insinúa que el consumo (inadecuado) de alcohol es un mejor factor de predicción de los problemas relacionados con el alcohol, la hipótesis de susceptibilidad que eso se predice mejor por el comportamiento antisocial y la hipótesis recíproca que tanto el alcohol como el comportamiento antisocial predicen problemas relacionados con el alcohol.
En apoyo de esta última, un estudio reciente halló que importantes factores de predicción de peleas de adolescentes relacionadas con el alcohol incluían un consumo elevado y frecuente de alcohol (insinuando desinhibición) y problemas en las escuelas tales como problemas de relación con los profesores o los compañeros o dificultades de atención (insinuando susceptibilidad) (Swahn y Donovan, 2005).
Informe completo
Revista RET
GUÍA DE ACTUACIÓN PREVENTIVA PARA NIÑOS Y JÓVENES DE FAMILIAS CON PROBLEMAS DE ALCOHOL
PRESENTACIÓN
Al referirnos al tema de las repercusiones de los problemas relacionados con el alcohol y otras drogas es indudable que existen segmentos de la población juvenil considerados de alto riesgo, que precisan de intervenciones preventivas más intensas que el resto de la población. Uno de los grupos de riesgo más numerosos es el de los hijos de alcohólicos.
Por ello, de acuerdo con la línea de prioridad establecida para las intervenciones con grupos de riesgo tanto por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas en su Estrategia Nacional sobre Drogas (2000-2008) como por el European Alcohol Action Plan (2000- 2005), en Socidrogalcohol hemos realizado durante estos años un proyecto de investigación aplicada que ha permitido estudiar las necesidades de esa población de riesgo, así como sistematizar diversas experiencias de intervención preventiva.
El Programa ALFIL se encuentra indexado en las bases de datos especializadas de Idea-Prevención y EDDRA, así como en el Catálogo de Programas de Prevención de Drogodependencias (Agencia Antidroga).
También ha participado en la creación de la Red Europea ENCARE (European Network for Children Affected by Risky Environments within the family). Gracias a la experiencia acumulada durante 7 años en el Programa ALFIL, ahora Socidrogalcohol saca a la luz una nueva publicación que pretende servir de guía para todos aquellos que desean intervenir preventiva y terapéuticamente con los hijos de alcohólicos en nuestro país, desde los diferentes ámbitos posibles: los centros de tratamiento, las asociaciones, la escuela o los centros de atención primaria. Pretendemos así aportar nuestro granito de arena para que se pueda llegar a cumplir uno de los objetivos que plantea la OMS para reducir los problemas que ocasiona en alcohol en las familias: “garantizar que los programas de prevención y tratamiento de base familiar estén ampliamente disponibles y sean implantados”.
Sirva pues la publicación de esta guía para concienciar de la necesidad de continuar trabajando entre todos en la extensión y optimización de este tipo de intervenciones en nuestro país. Definitivamente, el esfuerzo realizado no se puede quedar estancado.
INTRODUCCIÓN
En numerosas ocasiones, cuando las familias con problemas de alcohol contactan con un servicio de ayuda, los niños de estas familias ya han desarrollado problemas emocionales o de comportamiento que requieren una intervención terapéutica, o bien se han convertido en adolescentes rebeldes que rehúsan cualquier tipo de intervención. Ya es tarde para la verdadera prevención. Unos años más tarde, un número considerable de estos jóvenes acaban en las consultas de salud mental o en centros de tratamiento de drogodependencias. Es inevitable preguntarse ¿Podría haberse hecho algo antes?. Probablemente sí pero... ¿Quién? ... ¿Dónde? ... ¿Cómo?.
Los niños con problemas de alcohol en su familia podrían ser detectados precozmente por sus maestros, su pediatra u otro personal socio-sanitario que esté en contacto frecuente con ellos o con sus familias, con el fin de prevenir el desarrollo de complicaciones derivadas del alcoholismo familiar. Sin embargo, a pesar de su buena intención en la mayoría de los casos, los profesionales implicados en este tipo de detección precoz se encuentran con dificultades para abordar a estas familias como la falta de tiempo, de conocimientos, de recursos, el temor a equivocarse en sus apreciaciones o a violar la privacidad de los asuntos “de familia”.
También los profesionales de los servicios especializados en el tratamiento del alcoholismo podrían tener un papel importante en la detección y la prevención en los hijos de alcohólicos. Sin embargo, tampoco ésta es una práctica habitual. Parece que se ha olvidado que el alcoholismo es una enfermedad que afecta a toda la familia. El foco habitual del tratamiento suele ser el enfermo y, a lo sumo, su pareja o algún familiar responsable de darle la medicación, pero los niños permanecen como víctimas invisibles de la enfermedad. Todavía existen mitos como el de que si el alcohólico deja de beber, todo en casa se irá ajustando automáticamente, o el de que si el alcohólico no quiere hacer tratamiento, no hay nada que hacer. Pero nada más lejos de la realidad. La idea de realizar esta guía surgió a partir de la constatación que en nuestro país no existían apenas programas especializados en la intervención con hijos de alcohólicos.
Se pretendía dar respuesta al incremento de la demanda profesional de apoyo técnico para realizar este tipo de intervenciones.
El objetivo general de esta guía consiste en fomentar las intervenciones preventivas con los hijos de alcohólicos en nuestro país, de la forma más natural y respetuosa posible, desde todos los ámbitos: familiar, escolar y comunitario. Para ello se pretende sensibilizar, ofrecer información básica, criterios de intervención y algunas recomendaciones prácticas para que cada uno de los profesionales implicados pueda realizar la parte que le corresponde dentro de un plan integral de intervención que incluiría desde la detección precoz hasta el abordaje psicoeducativo y psicoterapéutico de estos jóvenes, en el marco de una familia con características peculiares.
Esta guía se dirige principalmente a los profesionales socio-sanitarios y de la educación que están en contacto frecuentemente con miembros de familias con problemas de alcohol. Sin embargo, la mayoría de los contenidos de esta guía pueden aplicarse en general a las familias afectadas por otro tipo de drogodependencias y, en algunos aspectos, también a las familias afectadas por trastornos mentales que interfieren en la capacidad de crianza de los hijos.
Para la elaboración de esta guía se han utilizado diferentes metodologías. Por una parte, se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica sobre estrategias de prevención específicas para hijos de alcohólicos y otros jóvenes de riesgo. Por otro lado, se ha realizado un esfuerzo de sistematización de la experiencia adquirida en el Programa ALFIL (1997-2003). Además, la participación del programa ALFIL en la European Network for Children Affected by Risky Environments in their family(ENCARE) subvencionada por la Comunidad Europea, ha permitido el intercambio de información y materiales con otros países. También se han recogido a través de grupos de discusión y grupos focales las experiencias de profesionales que tienen experiencia en este tipo de intervenciones. Por último, se ha contado con el asesoramiento de expertos de nuestro país en diversos temas relacionados con este campo.
La guía consta de 6 apartados. En el primero se describen las características de las familias con problemas de alcohol y los mecanismos que utilizan los diferentes miembros para enfrentarse a la situación. El segundo apartado se centra en el análisis de las consecuencias negativas que tiene el alcoholismo paterno sobre los hijos y plantea la duda de si es lícito intervenir en esta población de riesgo. En el capítulo 3 se revisan los programas para hijos de alcohólicos que se han realizado hasta el momento en diferentes países, concluyendo sobre las características óptimas de los programas que han resultado efectivos. El apartado 4 está dedicado a describir lo que podría ser un plan de intervención integral aplicable a los jóvenes en familias con problemas de alcohol y se hace una mención especial al modo de abordar a los niños con Síndrome de Alcoholización Fetal (SAF). El capítulo 5 está dirigido “a quien corresponda” y en él se sugieren algunas estrategias para poder avanzar en la intervención con hijos de alcohólicos en nuestro país. Por último, en el capítulo 6 se recogen los recursos y materiales de que podemos disponer en nuestro entorno para trabajar con esta población de riesgo.
Para terminar, sólo queda puntualizar que en esta guía se utilizará habitualmente el género masculino para hablar de la persona afectada por el alcoholismo en la familia por razones de simplicidad en el redactado, aunque evidentemente el alcoholismo afecta a ambos sexos.
Informe completo
Socidrogalcohol
‘Prevención efectiva del consumo de sustancias psicoactivas en chicos y chicas adolescentes: una revisión actualizada de la materia’ (2010)
Colegio Oficial de Psicólogos de Las Palmas
El objetivo de esta publicación es brindar información científica actualizada acerca del contenido y metodología de aquellas intervenciones preventivas universales (encaminadas a toda la población adolescente, independientemente de su conducta ante el consumo de sustancias) que han resultado efectivas en reducir dicho consumo, estando dirigido fundamentalmente a profesionales de la educación y la salud; personal involucrado en el trabajo con adolescentes y jóvenes; profesionales de medios de comunicación; autoridades nacionales, provinciales y locales que establecen y diseñan políticas sociales, educacionales y sanitarias; legisladores y a todas aquellas personas interesadas e implicadas en la labor socializadora y formativa de la juventud.
Después de una breve introducción sobre la evolución histórica de la prevención efectiva del consumo de sustancias en la adolescencia, sobre la implicación de los organismos internacionales e instituciones especializadas en esos esfuerzos y sobre aspectos conceptuales y definiciones básicas, se presentan el qué, el cómo y el dónde que caracterizan a las intervenciones efectivas.
Las intervenciones que se recogen tienen una amplitud que abarca desde el marco de la escuela, medios de comunicación, publicidad, etiquetas de advertencia, leyes y regulaciones, hasta las intervenciones integrales en el ámbito de la comunidad. Especial énfasis reciben las estrategias preventivas efectivas específicas de género, reconociendo la necesidad de tener en cuenta las diferencias entre chicas y chicos en cuanto al papel que el consumo de sustancias puede jugar en la adolescencia, sus patrones de consumo y su vulnerabilidad diferencial a los efectos nocivos de las mismas sobre el organismo.
Para ello, se ha realizado una revisión exhaustiva de publicaciones de organismos internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud, la Unión Europea, como el Centro de Monitoreo Europeo para las Drogas y la Adicción a las Drogas, investigaciones y documentos de prestigiosas instituciones especializadas, tales como el National Institute on Drug Abuse (NIDA) y experiencias nacionales publicadas en países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y España.
Esta revisión pone al alcance del lector el contenido resumido de una amplia bibliografía actualizada, que no está disponible en castellano en su mayor parte, por lo que representa un paso importante en la divulgación del material científico y las bases metodológicas para una prevención eficaz del consumo de sustancias psicoactivas en la adolescencia.
I INTRODUCCIÓN
1.1 MAGNITUD Y CARACTERÍSTICAS DEL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN ESTUDIANTES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA EN ESPAÑA
La Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias queserealiza cada dos años en España (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. ʻESTUDES2008ʼ, 2009) permite conocer la magnitud y características del problemadel consumode sustancias psicoactivas en chicas y chicos escolares entre 14 y 18 años, incluyendo, por supuesto, a la Comunidad Canaria. Entre otras cosas, sus resultados brindan información sobre la prevalencia por sexo y edad del consumo de cada una de las sustancias, tanto una vez en la vida, como en los últimos 12 meses y en los últimos 30 días. Este estudio se viene realizando desde 1998, por lo cual podemos comparar los resultados a través de los años y observar las tendencias que va presentando el consumo de cada sustancia por ambos sexos.
Merecen destacarse algunos resultados relevantes que contribuyen a la mejor comprensión de la magnitud y particularidades que reviste este problema en el estudiantado de Enseñanza Media en España.
En la Tabla 1 se presenta la proporción de chicos y chicas escolares entre 14y18 años que ha consumido cada una de las sustancias en los últimos treinta días.
Como se observa, la sustancia que ocupa el primer lugar es el alcohol, que una mayoría lo ha consumido en los últimos treinta días, seguida del cigarrillo (alrededor de la tercera parte) y en tercer lugar, el cannabis. Llama la atención algo que se manifiesta como una tendencia hace años y es que las chicas están fumando tabaco en mayor proporción que los varones. Asimismo, el alcohol, que últimamente se venía consumiendo en proporciones similares por ambos sexos, oligeramentemenos por las
chicas, en 2008 aparece con un mayor consumo por parte de ellas.
El cannabis presenta un consumo algo superior por los varones, mientras que en el resto de las sustancias ilegales, de mucho menor consumo por ambos sexos, los chicos más que duplican a las chicas en porcentaje de consumidores.
TABLA 1. PREVALENCIA POR SEXOS EN % DE CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LOS ÚLTIMOS TREINTA DÍAS ENTRE LA POBLACIÓN ESTUDIANTIL DE ENSEÑANZAS SECUNDARIAS DE 14 a 18 AÑOS, ESPAÑA, 2008
En relación con el consumo de sustancias por escolares en nuestra Comunidad Canaria, además de su representatividad en la Encuesta estatal, los resultados de la Encuesta de 2006 del Gobierno de Canarias (2007) reflejan una situación similar del consumo de sustancias, en cuanto a prevalencia en ambos sexos, si bien se obtuvieron cifras algo más bajas que las presentadas en la Encuesta Estatal.
Complementando esta información sobre prevalencia de consumo de sustancias, la Encuesta Estatal ha encontrado que la proporción que consume tabaco diariamente es del 13,3% para los chicos y del 16,4% paralas chicas. (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. ʻESTUDES 2008ʼ, 2009).
Esta Encuesta nos ofrece también importante información sobre aspectos del consumo de alcohol. La prevalencia de borracheras en losúltimos 30 díases similar en varones(29,4%) y en chicas (28,7%), y aumenta en gran medida con la edad (13,4% a los 14 años y 45,2% a los 18 años).
Con relación al “atracón” de alcohol (ʻbinge drinking’) un 41,4% del alumnado (38,3% de chicas y 44,7% de chicos) han bebido alguna vez durante los últimos 30 días, 5 o más cañas/copas de bebidas alcohólicas enla misma ocasión o en un intervalo aproximado de dos horas. El 15,2% lo ha hecho más de 4 días el último mes.
En relación con esto, es de señalar que la Encuesta nos revela que el alumnado valora poco los riesgos del consumo de alcohol, básicamente del “atracón”, que se ha demostrado ser un abuso de elevada nocividad para el cerebro de chicas y chicos adolescentes.
Es necesario destacar también los resultados de la Encuesta con respecto al marco de ocio y características en que se desarrolla el consumo de alcohol de chicas y chicos entre 14 y 18 años. El consumo de alcohol se concentra en el fin de semana y se bebe, sobre todo, en bares o pubs, en espacios abiertos (calles, plazas, parques) o en discotecas.
Del alumnado que ha consumido bebidas alcohólicas en los últimos 30 días, prácticamente la totalidad (99,8%) ha bebido en fin de semana, aunque un 39,3% lo ha hecho en días laborables. Un 23,0% del conjunto de chicas y chicos encuestados bebe todos los fines de semana.
Esta situación conlleva una conducta arriesgada ante el volante en parte de la población adolescente estudiada, al encontrarse que el 9,5% declara haber conducido en los últimos doce meses un vehículo (coche, moto) bajo los efectos del alcohol, cifra que asciende a un 23,5% a los 18 años.
De otra parte, es importante señalar que, según nos muestra la Encuesta Estatal, la población estudiantil adolescente de Enseñanzas Secundarias se inicia en el consumo de sustancias a una edadtemprana. En 2008 el tabaco, el alcohol y el cannabis comenzaron a consumirse entre los 13 y los 14 años.
También se constató en la Encuesta Estatal el hecho conocido del policonsumo de sustancias psicoactivas. Un 96,2% del alumnado que ha fumado tabaco en los últimos 12 meses ha bebido también alcohol en el mismo período, yenun64,7%, ha consumido cannabis. (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. ʻESTUDES 2008ʼ, 2009).
Paradójicamente, la Encuesta también evidenció otro hecho conocido, que, a pesar del elevado consumo de sustancias adictivas en la población estudiantil de 14-18 años de edad, la gran mayoría de chicos y chicas afirma que están muy bien informados acerca de los efectos y problemas que las mismas les pueden ocasionar.
Por otra parte, la Encuesta Estatal arroja información de valor sobre las normas, disponibilidad y regulaciones del consumo de sustancias en España. En cuanto al centro escolar, la permisividad con el hábito de fumar tabaco, tanto por el alumnado, como por el profesorado, (que debe ser modelo a imitar), está presente en una buena proporción de casos.
Un 24,5% del alumnado refiere haber visto fumar aprofesores dentro del recinto de la escuela, más de la mitad de los días, (en los 30 días previos a la encuesta), cifra que va, desde el 18,7% a los 14 años, a 32,4% a los 18 años. La proporción era bastante más elevada en la enseñanza pública (28,7%) que en la privada (15,6%).
Asimismo, un 52,6% había visto fumar aestudiantes dentro del recinto del centro educativo, más de la mitad de los días, en los 30 días previos ala encuesta, cifra que va desde 3l 41,6% a los 14 años, a 61,2% a los 18años. En este caso, la proporción era algo más elevada también en la enseñanza pública (57,4%) que en la privada (41,9%).
Con respecto a la disponibilidad percibida de sustancias, en 2008, al igual que en años anteriores, las drogas percibidas por el alumnado como las más disponibles o accesibles eran las de comercio legal y el cannabis. En estesentido, un 90,8% pensaba que le sería fácil o muy fácil conseguir bebidas alcohólicas si quisieran, y un 63%, el cannabis.
Es de señalar cuán accesibles son también el resto de las drogas ilegales, si se tiene en cuenta que casi la tercera parte de estudiantes percibe facilidad en la obtención de cocaína, más de la cuarta parte considera fácil conseguir alucinógenos, anfetaminas y éxtasis y casi la cuarta parte, la heroína.
Se puede concluir, entonces, de la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias, una realidad ampliamente conocida acerca de las normas de aceptabilidad de las sustancias legales y del cannabis, su amplia disponibilidad, el acceso a otras sustanciasilegales y la poca aplicación de las regulaciones y legislaciones, que conforman el contextoen que viven y se desarrollan los chicos y chicas adolescentes españoles estudiantes de enseñanza media de 14 a 18 años, incluida la población adolescente de nuestra Comunidad Canaria.
Ante la realidad descrita en relación al consumo de sustancias psicoactivas en población adolescente estudiantil y la evolución que ha tenido la problemática, todo indica que las campañas de información y comunicación de riesgos dirigidas específicamente a la población joven y las medidas y acciones preventivas puestas en práctica en forma de intervenciones en la escuela y la comunidad, y de políticas, legislaciones, normativas para reducir la oferta y la demanda de sustancias legales e ilegales, no han logrado reducir con mayor celeridad esta preocupante realidad.
Ello se agrava, si tenemos en cuenta la acumulación creciente de nueva evidencia científica acerca de la nocividad del consumo de tabaco, alcohol y cannabis para el organismo adolescente, señalando los nuevos daños y riesgos que comportan para chicas y chicos la iniciación temprana y el abusodelas sustancias, al estar su cerebro todavía en desarrollo y no haber alcanzado la madurez completa(Breyer, J. et al. 2005) (López, B. 2008). Existen también nuevos resultados que refuerzan lo encontrado sobre la mayor vulnerabilidad del organismo de las mujeres y de las chicas, en particular, a los efectos y peligros del tabaco, el alcohol y el cannabis, y en general, su mayor susceptibilidad a la nocividad y toxicidad de todaslasdrogasy peores consecuencias de su uso y abuso (Buddy, T., 2003).
Por todo lo anterior, se hace necesario diseñar e implementar medidase intervenciones “que funcionen”, las llamadas “mejores prácticas” basadas en la evidencia científica, que resulten exitosas en disminuir entre nuestros chicos y chicas adolescentes el consumo de tabaco, alcohol, cannabisy otras drogas ilegales. Serequiere también, un enfoque de género que tenga en cuenta las necesidades, particularidades y especificidades de ambos sexos ante el consumo de sustancias psicoactivas.
Acontinuación, luego de presentar aspectos históricos, definiciones y conceptos básicos sobre prevención universal efectiva, se ofrece una panorámica de lo que ha demostrado éxito en reducir el consumo de sustancias psicoactivas en la adolescencia en el ámbito de la escuela, la familia, la comunidad y la sociedad en general, obtenida de una revisión de la bibliografía actual que describe experiencias validadas que están disponibles. El capitulofinal se dedica al abordaje de las diferencias de género, aspecto de muy reciente inclusión en esta temática.
Informe completo
Gobierno de Canarias
Introducción Antecedentes, metodología y muestra del estudio
Antecedentes del Estudio
• El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) es la organización que agrupa al movimiento de prevención del tabaquismo en España.
• Desde su fundación, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)tiene como una de sus responsabilidades principales desarrollar acciones sociales y formativas de cara al ciudadano con el objeto de reducir el consumo de tabaco entre la población española.
• La investigación realizada servirá al Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)al desarrollo de nuevos planes de actuación específicos que contribuyan al éxito de este objetivo.
• A continuación se presentan los principales resultados obtenidos y su comparativa con los datos recogidos en la investigación llevada a cabo durante el año 2006.
Metodología -Ficha Técnica
• Metodología: cuantitativa, mediante cuestionario estructurado de duración estimada en 10 minutos
• Técnica: Entrevista telefónica asistida por ordenador (sistema C.A.T.I.)
• Ambito: Nacional (incluido Ceuta y Melilla)
• Universo: Población general de 18 y más años, residentes en el territorio nacional
• Muestra: se han realizado un total de 2.531 entrevistas. El margen de errorpara la hipótesis más desfavorable de p=q=50% y un nivel de confianza del 95.5%, es de ±1.99% para el total de la muestra (n=2.531 casos).
• Sistema de muestreo:
• Muestreo polietápico con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) aleatoria y selección de las últimas unidades (individuos) utilizando cuotas de sexo y edad.
• Afijación proporcional a la población de los diferentes estratos. Los estratos se han formado por el cruce entre las Comunidades Autónomas y el tamaño de hábitat.
• El trabajo de campose realizó entre el 18 de septiembre y el 3 de octubre de 2008.
Principales Resultados
1. El consumo de tabaco
Diferencias significativas por encima del Total Muestra
Diferencias significativas por debajo del Total Muestra
El consumo de tabaco (1)
Sumario
Prevalencia del consumo de tabaco
• El 76,0% de la población española no es consumidora de tabaco. Dentro de este colectivo, el 49,9% declara no haber fumado nunca (no fumador), y el 26,1% fumó en el pasado, pero ahora no lo hace (ex fumador).
• El grupo de no-fumadores está compuesto en su conjunto por un porcentaje superior de mujeres (57,7%) que de hombres (41,7%). La edad marca asimismo diferencias en este colectivo, que crece entre la población más mayor. Las personas que cuentan con unos niveles de formación básicos (63,2%) engrosan el grupo de no-fumadores en porcentajes muy superiores al resto.
• Por su parte, el grupo de ex fumadores está compuesto significativamente por más hombres que mujeres (31,6% y 20,8% respectivamente), con edades superiores a los 45 años.
• El 24,1% de la muestra se define como fumador.
• Con respecto a la distribución general de la población, el hábito del consumo de tabaco es inversamente proporcional a la edad (va descendiendo cuanto mayor es la edad de la población) y se concentra en mayor medida entre quienes tienen un nivel de estudios medios, sin apreciarse diferencias por la variable género.
El consumo de tabaco (2)
Sumario
• La población que tiene un consumo de tabaco más habitual (‘fuma como mínimo un cigarrillo al día’) representa el 19,6%, frente al 4,5% de los que tienen un hábito de consumo más esporádico u ocasional (‘fuma pero no cada día’).
• La frecuencia de consumo es superior especialmente en los cortes de edad más jóvenes, de 18 a 44 años.
• Se percibe cierta polarización entre los individuos que declaran fumar pero le gustaría dejarlo y aquellos que fuman pero no quieren dejarlo: ambos tienen niveles de penetración muy similares, tanto dentro de los fumadores habituales como dentro de los ocasionales. Si bien son los más jóvenes entre 18 y 29 años los que se desmarcan frente al resto, al manifestar una negativa superior a dejar de fumar.
• Cuando comparamos resultados con la encuesta realizada en 2006, observamos un nivel de población fumadora prácticamente idéntico (24.2% vs. 24.1% en 2008).
• Sin embargo, se aprecia un aumento importante del colectivo de ex fumadores (18,1% vs. 26,1% en el presente año). Esta variación que representa un incremento de ocho puntos sobre el 2006, podría venir explicada por algunas variaciones introducidas en la propia formulación de la pregunta y las diferentes alternativas de respuesta ofrecidas en 2008 frente a la encuesta anterior.
Informe completo
CNPT
En los últimos años se ha producido un incremento en la prevalencia de consumo de la cocaína, con una tendencia hacia su uso por parte de población joven como sustancia recreativa, muchas veces en forma de policonsumo. Las consecuencias, tanto físicas como psíquicas, agudas y crónicas, que produce la cocaína han disparado la alarma socio-sanitaria entorno a la misma.
El documental “Historia de una adicción: la cocaína” (duración de 37 minutos), realizado bajo el asesoramiento científico de la Dra. Ochoa Mangado y el Dr. Madoz Gúrpide, con guión de Julio Soto (TheThinklab) y del Dr. Madoz Gúrpide, y la dirección artística de Julio Soto, cuenta con colaboración de los más reconocidos expertos nacionales e internacionales en el campo de las adicciones y el daño neuropsicológico (Carlos Álvarez Vara, Emilio Ambrosio, Antonio Bechara, Javier Tirapu, Antonio Verdejo, Nora Volkow), así como la participación de varios pacientes adictos a la cocaína. Está dirigido tanto a pacientes, familiares, profesionales y población general que buscan información, como a profesionales que precisan un material con el que trabajar con jóvenes, sujetos en riesgo, pacientes…
A lo largo del documental se recorre la historia de la adicción; los modos de consumo más habituales; el mecanismo de acción; los efectos tanto físicos como psíquicos, agudos y crónicos del consumo; así como el tratamiento de la adicción y las medidas de prevención. La empresa audiovisual TheThinklab ha conseguido un producto visualmente atractivo, ajustado en el tiempo, fácil de seguir por cualquier espectador, en el que se destacan los aspectos principales de la adicción a cocaína.
Resulta un producto con un valor científico relevante y con una gran utilidad para aquellos que estén interesados en el conocimiento de la cocaína y su adicción. Su realización ha sido posible gracias a la financiación del Plan Nacional Sobre Drogas (Ministerio de Sanidad y Política Social).
Acceso al resumen del video (2 minutos)
El manual parte de la evidencia científica y revisa los estudios sobre efectividad y eficacia de los diferentes tratamientos disponibles. Asimismo, establece recomendaciones terapéuticas claras y orientadas a la práctica clínica habitual.
El texto quiere contribuir a la disminución del estigma del enfermo psiquiátrico, particularmente el adicto, sobre el que muchos médicos en formación poseen una imagen negativa.
El manual va destinado a los más de 1900 médicos de medicina familiar y comunitaria así como más de 200 psiquiatras en formación que cada año se incorporan en las respectivas convocatorias MIR. La elaboración del Manual se inició con una revisión bibliográfica exhaustiva y estudio de publicaciones existentes en el ámbito de las adicciones.
Tiene una estructura muy manejable, tipo libro de bolsillo, con fácil búsqueda de los diferentes capítulos, tanto para la consulta como para las situaciones especiales y/o de urgencias. La obra ha sido desarrollada por expertos en adicciones, especialistas en psiquiatría, medicina interna y medicina legal.
Nota: Disponemos de un pequeño número de ejemplares de esta publicación. En caso de estar interesados, indicadnos la dirección postal donde enviar un ejemplar y os lo hacemos llegar.
1. Situación actual del consumo de drogas
1. Introducción
2. Datos sobre consumo de drogas ilegales: perspectiva mundial.
3. Datos sobre consumo de drogas: perspectiva europea
4. Datos sobre consumo de drogas: perspectiva nacional.
5. Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
Los problemas de salud relacionados con el consumo de drogas constituyen un motivo de consulta frecuente en la práctica clínica cotidiana y su magnitud supone un grave problema para la salud pública en todo el mundo. Aunque existe una percepción social, casi generalizada, que concede mayores repercusiones negativas para la salud al consumo de drogas ilegales, lo cierto es que los datos muestran que, por ahora, el consumo de drogas legales ocupa los primeros lugares en cuanto a problemática para la salud derivada de su consumo (Pereiro 2006).
Según la OMS, para el año 2002, en España el tabaco explicaría el 16,8% de la mortalidad, el alcohol el 3% y las drogas ilegales el 0,6%. Respecto a la carga de enfermedad, el tabaco explicaría el 12,3%, el alcohol el 7,6% y las drogas ilegales el 3,9% (WHO 2005).
Estos datos son coincidentes con los observados a nivel mundial en donde la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es una de las causas más frecuentes e importantes de morbi-mortalidad a escala mundial (Morera 2005) y es un hecho ampliamente aceptado que el tabaquismo causa de un 25 a un 30% de las muertes por cáncer con distintas localizaciones (Levi 1999).
Los problemas médicos derivados del consumo excesivo de alcohol constituyen uno de los problemas sanitarios más importantes tanto en los países industrializados como en los emergentes.
Del reconocimiento inicial para la asociación entre alcoholismo y cirrosis hepática, una de las principales causas de muerte en la población adulta, se ha ido conociendo como el alcohol puede afectar gravemente a otros órganos y sistemas, entre ellos el sistema nervioso central. Los efectos que tiene sobre el cerebro el consumo agudo o continuado de alcohol posibilitan la aparición de múltiples daños y enfermedades neurológicas de frecuente aparición así como la propia enfermedad adictiva. En definitiva, el uso nocivo de alcohol es uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad prematura y a la carga de morbilidad evitable en todo el mundo, por lo que influye sobremanera en la salud pública. Se han estimado en más de 2,3 millones de muertes las asociadas al alcohol en el mundo para el año 2002, lo que supuso un 4.4% de la carga mundial de morbilidad (OMS 2007).
En las dos últimas décadas del siglo XX, el consumo de drogas ilegales adquirió especial trascendencia en relación con las complicaciones infecciosas derivadas del consumo de drogas focalizadas en el SIDA. Esta enfermedad incidió de forma notable en los usuarios a drogas por vía parenteral (UDVP) de nuestro entorno, sobre todo en los años iniciales de la pandemia, cuando en nuestro país el porcentaje de los casos de SIDA que se diagnosticaba en este colectivo llegó a ser hasta del 68% del total para todas las categorías relacionadas con la transmisión de la infección (Ministerio de Sanidad y Consumo 2009). Aunque el síndrome de inmunodeficiencia humana acaparó la mayor parte de la atención en cuanto a las complicaciones infecciosas del consumo de drogas, es preocupante el panorama futuro derivado de las hepatitis víricas que afectan a los usuarios de drogas, en especial la Hepatitis por el Virus C. En el mundo occidental, desde 1992, al menos dos tercios de las infecciones por VHC se relacionan con el consumo de drogas ilegales y aunque esta tendencia evoluciona hacia la disminución de forma clara, la prevalencia de infectados es enorme (Pereiro y Castro 2004).
Las consecuencias derivadas de la cronificación de la Hepatitis C, tanto a nivel de morbimortalidad como de costes sanitarios, constituyen uno de los problemas que, desde el punto de vista estratégico sanitario, es preciso tener en cuenta por los responsables del diseño de políticas sanitarias como ya ha señalado el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías.
Aunque el SIDA y las Hepatitis parecen haber dejado en un segundo plano a otras infecciones lo cierto es que, los adictos están en riesgo de adquirir una amplia variedad de patología infecciosa: infecciones cutáneas y de partes blandas, infecciones óseas y articulares, afectación ocular, infecciones intravasculares especialmente endocarditis, infecciones pulmonares con inclusión de la tuberculosis, enfermedades de transmisión sexual y otras de menor relevancia, como el tétanos, botulismo y paludismo, constituyen las principales infecciones asociadas a la drogadicción parenteral (Morano y Vázquez 2006).
2. DATOS SOBRE CONSUMO DE DROGAS ILEGALES: PERSPECTIVA MUNDIAL La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) es una agencia de las Naciones Unidas que tiene por objetivo luchar contra las drogas y el crimen organizado transnacional. Esta agencia publica un informe anual, sobre las drogas que nos permite acercarnos de forma exhaustiva a los problemas relacionados con el consumo de drogas en todo el mundo (UNODC 2009) desde varias perspectivas, tales como el nivel de consumo, la producción, los delitos relacionados con las drogas, etc. En el informe del año 2009 se facilitan los datos que a continuación se reproducen.
2.1 Consumo estimado de drogas y demanda de tratamiento La UNODC estima que en 2007 entre 172 millones y 250 millones de personas consumieron drogas ilícitas por lo menos una vez el año anterior. No obstante, estas cifras elevadas incluyen a muchos consumidores ocasionales que tal vez han probado drogas solo una vez en todo el año. Es importante, pues, también disponer de estimaciones del número de personas que son consumidores “problemáticos” de drogas o grandes consumidores. Este grupo representa el mayor consumo de drogas todos los años; probablemente sean drogodependientes, se beneficiarían mediante tratamiento y es posible que su nivel de consumo tenga importantes consecuencias para la salud pública y el orden público. Según las estimaciones de la UNODC en 2007 había entre 18 y 38 millones de consumidores problemáticos de drogas de 15 a 64 años.
El número de personas que consumieron opiáceos por lo menos una vez en 2007 se estima entre 15 millones y 21 millones a nivel mundial. Se cree que más de la mitad de la población del mundo que consume opiáceos vive en Asia. Para la cocaína se estima entre 16 y 21 millones a nivel mundial el número total de personas que la consumieron por lo menos en una ocasión en el año 2007. El mayor mercado sigue siendo América del Norte, seguido de Europa occidental y central y América del Sur.
El Cannabis es con mucho la droga ilegal más consumida y se estima que el número total de personas que lo consumieron por lo menos una vez en 2007 varía entre 143 millones y 190 millones. Los niveles más altos de consumo siguen estando en los mercados establecidos de América del Norte y Europa occidental, aunque los estudios recientes parecen indicar que en los países desarrollados está disminuyendo el nivel de consumo, especialmente entre los jóvenes. La UNODC estima también que entre 16 millones y 51 millones de personas de 15 a 64 años consumieron sustancias del grupo de las anfetaminas por lo menos una vez en 2007; el número que utilizó drogas del grupo del “éxtasis” por lo menos una vez se estima entre 12 millones y 24 millones a nivel mundial.
Informe completo
Socidrogalcohol
Referencias a Brasil y el Cono Sur1
Cocaína
Producción de cocaína
La superficie mundial cultivada con coca disminuyó un 5% el año pasado, de 167.600 hectáreas en 2008 a 158.800 hectáreas en 2009. Este cambio se debe principalmente a una disminución significativa en Colombia, no compensada por los aumentos en Perú y en el Estado Plurinacional de Bolivia. La superficie mundial de cultivo de coca disminuyó un 28% durante el período 2000-2009. En 2009, Colombia representó alrededor del 43% del cultivo mundial, Perú contribuyó con 38% y el Estado Plurinacional de Bolivia con 19%. (pág. 16)
Aún que los traficantes colombianos tengan producido la mayoría de la cocaína del mundo en los últimos años, entre 2000 y 2009, el área bajo cultivo de coca en Colombia se redujo en un 58%, debido principalmente a la erradicación. Al mismo tiempo, el cultivo de coca aumentó un 38% en Perú y más del doble en el Estado Plurinacional de Bolivia (hasta 112%), mientras que los traficantes de ambos países aumentaron su propia capacidad para producir cocaína. (pág. 16)
En 2008, los gobiernos informaron la detección de 9.730 instalaciones clandestinas (“laboratorios") que participan en el procesamiento de coca, en comparación con 7.245 en 2007. (…) Más del 99% de los laboratorios de procesamiento de coca se encuentran en los tres países que cultivan la coca: Estado Plurinacional de Bolivia, Colombia y Perú. En los últimos cuatro años, se produjo un aumento significativo en el número de laboratorios de procesamiento de coca destruidos en estos países y también a escala mundial. En 2008, laboratorios de cocaína fueron registrados en otros países de América del Sur, como Argentina (20), República Bolivariana de Venezuela (10), Chile (4) y Ecuador (3). (pág. 164)
El Informe Mundial sobre Drogas se basa principalmente en cuestionarios (llamados ARQ) enviados por
los países miembros de la ONU a UNODC en 2009. Los datos se complementan con otros medios,
cuando es necesario y hay recursos disponibles. Limitaciones importantes: los informes ARQ no son tan
sistemáticos en términos del número de países que respondieron, y muchos países no cuentan con
sistemas de vigilancia necesarios para producir datos confiables y comparables a nivel internacional. Pero
los sistemas de vigilancia de los países están mejorando y UNODC ha contribuido a ese progreso.
Tráfico de cocaína
Las incautaciones de cocaína en América del Sur alcanzaron un nivel récord en 2008, sumando 418 toneladas (incluso la base de cocaína y sales) - casi un tercio más que el nivel en 2007 (322 toneladas). En términos absolutos, el mayor incremento desde 2007 ha sido, con mucho, la registrada en Colombia (un aumento de 61,9 toneladas). En términos relativos, aumentos significativos se registraron también en Perú (donde casi se duplicaron las incautaciones), en el Estado Plurinacional de Bolivia (donde las incautaciones aumentaron en un 62%), Argentina (51%), Brasil (21%) y Ecuador (12%). Una excepción a la tendencia general de aumento en América del Sur fue Chile, que registró una disminución del 12%. Las incautaciones en la República Bolivariana de Venezuela se mantuvieron esencialmente estables. (pág. 166)
Tradicionalmente, la mayoría de la cocaína que sale de Colombia deja el país directamente, por mar o por aire, a través del Golfo de México o del Pacífico. Pero el aumento en las incautaciones, combinado con cambios en mercado de demanda, ha aumentado la importancia de los países de tránsito, en particular la República Bolivariana de Venezuela, Ecuador y Brasil. (pág. 234)
Hay razones para preocupación por el impacto potencial del tráfico de cocaína en la estabilidad de Venezuela, incluyendo un paralelo con la situación colombiana. La República Bolivariana de Venezuela ha tenido grupos insurgentes, como el Frente Bolivariano de Liberación, que son muy similares a las FARC. Estos grupos han sido efectivamente cooptados por el Gobierno, pero mantienen células armadas, incluyendo algunas en la frontera con Colombia, Ecuador y Brasil. El Gobierno también ha comenzado a armar y apoyar a milicias civiles (la “reserva nacional”). La experiencia en otros países ha demostrado que esta medida puede alimentar la delincuencia organizada. (pág. 234)
Hay también en curso traslados de cocaína por vía aérea desde varios países sudamericanos (Brasil, Argentina, Uruguay etc.), países del Caribe (Antillas Holandesas, República Dominicana, Jamaica etc.) y países de Centroamérica (incluyendo Costa Rica) a destinos en Europa. (…) Los traslados también se envían en pequeños aviones modificados desde la República Bolivariana de Venezuela y Brasil a diversos destinos de África Occidental. (pág. 84)
Incautaciones de cocaína neerlandesas también han caído bruscamente en los últimos años. Eso es resultado de la política de “control 100%” en las Antillas y en el aeropuerto de Schiphol (Ámsterdam), que redujo el número de correos de drogas en el Caribe y en varios países de América del Sur, mejoró los controles de contenedores, así como los crecientes esfuerzos para detener los envíos antes de que lleguen a los Países Bajos. Por ejemplo, en 2008, la Brigada Nacional contra la Delincuencia arrestó a varias personas que planeaban enviar a los Países Bajos 2,6 toneladas de cocaína almacenada en un depósito en Sao Paulo, Brasil. (...) (pág. 85)
En 2008, por primera vez, Francia incautó más cocaína que cualquier otro país Europeo, aparte de España. La mayor parte de esa cocaína (6 de 8,2 millones de toneladas) fue capturada en el mar, principalmente cerca de los territorios franceses ultramarinos en el Caribe o cerca de la costa occidental africana. Las incautaciones de cocaína que se remontan a los propios países de África Occidental, sin embargo, ascendieron a sólo 0,3 toneladas en 2008. La mayoría de la cocaína incautada en Francia en 2008 es proveniente de Brasil (40% del total) o de la República Bolivariana de Venezuela (21% del total). La cocaína traficada por Brasil muy probablemente se originó en Perú o en el Estado Plurinacional de Bolivia, lo que refleja la creciente importancia de estos productores a Europa. (pág. 85)
Informe completo
UNODC Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
La penalización de los consumidores de drogas ilícitas está fomentando la epidemia de VIH con consecuencias sociales y de salud, tremendamente negativas. Se necesita una completa reorientación de la política.
En respuesta a los daños sociales y de salud ocasionados por las drogas ilícitas, se desarrolló, con el auspicio de las Naciones Unidas, un gran régimen internacional de prohibición de drogas.1 Décadas de investigación proporcionan una extensa evaluación de los impactos de la “Guerra contra las drogas” global; y mientras miles de individuos se reúnen en Viena en la XVIII Conferencia Internacional sobre SIDA, la comunidad científica internacional pide un reconocimiento de las limitaciones y perjuicios de la prohibición de drogas, y una reforma de la política de drogas para retirar barreras hacia una efectiva prevención de VIH, tratamiento y cuidados.
La prueba de que la aplicación de la ley fracasó en evitar la disponibilidad de drogas ilegales, en comunidades donde hay demanda, es ahora inequívoca.2, 3 Durante las últimas décadas, sistemas de vigilancia de drogas, nacionales e internacionales, han demostrado un modelo general de baja del precio de la droga, y aumento de su pureza –a pesar de masivas inversiones en la aplicación de leyes antidrogas.3, 4Firma la Declaración de Viena
Más aún, no hay evidencia que mayor fiereza en la aplicación de la ley reduzca significativamente la prevalencia en el uso de drogas.5 Los datos también demuestran claramente que está creciendo el número de países donde se inyectan drogas ilegales; siendo las mujeres y los niños cada vez más afectados.6 Fuera del África Subsahariana, la inyección de drogas representa aproximadamente uno en tres nuevos casos de VIH.7, 8 En algunas áreas donde el VIH se está extendiendo más rápidamente, tales como Europa Oriental y Asia Central, el predominio de VIH puede llegar hasta un 70% entre personas que se inyectan drogas, y en otras áreas más de 80% de todos los casos de VIH están dentro de este grupo. 8
Vista la abrumadora evidencia de que la aplicación de la ley antidrogas no ha logrado alcanzar los objetivos indicados, es importante que se admitan y se encaren sus consecuencias nocivas. Estas consecuencias incluyen, pero no se limitan a:
* Epidemias de VIH estimuladas por la penalización de quienes usan drogas ilícitas, y por las prohibiciones de proveer agujas esterilizadas y tratamientos con sustitución de opioides.9, 10
* Brotes de VIH entre consumidores encarcelados e institucionalizados, como resultado de las políticas y leyes punitivas y la falta de servicios de prevención de VIH en estos ambientes.11-13
* La socavación de los sistemas de salud públicos cuando la aplicación de la ley aleja a los consumidores de los servicios asistenciales y de prevención y los empuja a ambientes donde aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas (por ej. VIH, hepatitis C y B, y tuberculosis) y otros estragos.14-16
* Crisis en el sistema penal, por porcentajes de encarcelación sin precedentes, en un número de naciones. 17, 18 Esto ha afectado negativamente el funcionamiento social de comunidades enteras. Aunque la disparidad racial, en porcentajes de encarcelación por delitos de drogas, es evidente en muchos países del mundo, el impacto ha sido particularmente severo en Estados Unidos, donde aproximadamente uno de cada nueve hombres afroamericanos entre 20 y 34 años de edad van a la cárcel un día cualquiera; principalmente por la aplicación de la ley antidrogas.19
* Estigmatización de las personas que usan drogas ilícitas, lo que refuerza la popularidad política de penalizar a los consumidores de drogas y socava la prevención de VIH y otros esfuerzos de promoción de salud. 20, 21
* Severa violación de derechos humanos, incluyendo tortura, trabajo forzado, tratamiento degradante e inhumano y ejecución de delincuentes de drogas en un número de países.22, 23
* Un mercado ilícito masivo, con un valor anual estimado en 320.000 millones de dólares estadounidenses.4 Este lucro sigue completamente fuera del control del gobierno. Fomenta el crimen, la violencia y la corrupción en incontables comunidades urbanas y ha desestabilizado países enteros como Colombia, México y Afganistán.4
* Miles de millones de dólares de los contribuyentes malgastados en la estrategia “Guerra contra las Drogas”, en un intento de controlar la droga que, no solo no logra los objetivos indicados, sino que directa o indirectamente contribuye a los estragos arriba mencionados.24
Lamentablemente, este evidente fracaso de la prohibición de drogas en lograr sus objetivos indicados, así como las severas consecuencias negativas de estas políticas, son frecuentemente rechazadas por aquellos que tienen intereses creados en mantener el status quo.25 Esto produce confusión entre el público y ha costado incontables vidas. Los gobiernos y las organizaciones internacionales tienen la obligación moral y legal de reaccionar frente a esta crisis, y deben intentar promulgar estrategias alternativas, basadas en evidencias, que reduzcan de manera efectiva los estragos de las drogas sin crear perjuicios propios. Nosotros, los abajo firmantes, apelamos a los gobiernos y organizaciones internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, para que:
* Emprendan una revisión transparente de la efectividad de las actuales políticas de drogas.
* Implementen y evalúen un enfoque empírico de salud pública, que encare los estragos individuales y de la comunidad provenientes del uso de drogas ilícitas.
* Despenalicen a los consumidores de drogas, aumenten progresivamente las opciones de tratamientos de dependencia, basados en pruebas, y supriman los centros de tratamientos obligatorios, ineficaces, que violan la Declaración Universal de Derechos Humanos.26
* Que categóricamente apoyen y amplíen los fondos para la implementación de un paquete exhaustivo de intervenciones VIH enunciadas en la Guía de Objetivos de OMS, ONUDD y ONUSIDA.27
* Involucren, de manera significativa, a la comunidad afectada, en el desarrollo, monitoreo e implementación de servicios y políticas que impactan sus vidas.
También apelamos al Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, para que con urgencia implemente medidas que aseguren que el sistema de las Naciones Unidas –incluyendo la Junta Internacional de Control de Narcóticos- hablen con una sola voz en apoyo de la despenalización de los consumidores de drogas y la implementación de estrategias, basadas en pruebas, para controlar la droga. 28
El fundamentar las políticas de drogas en evidencias científicas no eliminará el consumo de drogas o los problemas derivados de la inyección de drogas. Sin embargo, la reorientación de políticas de drogas hacia estrategias basadas en pruebas, que respeten, protejan y cumplan con los derechos humanos, tiene la potencialidad de reducir los estragos de las actuales políticas y permitiría redirigir vastos recursos financieros hacia donde son más necesitados: implementar y evaluar la prevención basada en pruebas, reglamentación y programas de tratamiento y reducción de daños.
REFERENCES
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Original
La Declaración de Viena
A quién están dirigidas estas buenas prácticas…
A las y los PROFESIONALES de la RED DE ATENCIÓN A PERSONAS DROGODEPENDIENTES
A las y los PROFESIONALES de otras REDES DE ATENCIÓN A PERSONAS EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD SOCIAL
A las y los PROFESIONALES de los RECURSOS DE APOYO SOCIAL
A las INSTITUCIONES y ENTIDADES PÚBLICAS Y PRIVADAS gestoras de estos recursos
Qué se pretende con estas buenas prácticas…
Establecer buenas prácticas en los procesos de reinserción laboral de la población de mujeres ex drogodependientes
Potenciar la reinserción laboral de las mujeres ex drogodependientes. Conocer la situación actual del mercado laboral en cuanto a oferta y demanda de empleos, especialmente en lo referido a la población de mujeres. Explotar la reinserción laboral como método apropiado para evitar la brecha de género entre hombres y mujeres. Promover la reinserción laboral como herramienta fundamental para la inserción social del colectivo ex drogodependiente y en concreto de las mujeres.
Con el objeto de aumentar su empleabilidad promover, no sólo la inserción laboral de las mujeres, sino también el mantenimiento de ese empleo conseguido. Conocer técnicas de búsqueda y mantenimiento del empleo. Dar a conocer los procesos exitosos de reinserción laboral de mujeres ex drogodependientes, porque supone una herramienta de empoderamiento de las propias mujeres protagonistas de dichos procesos Promover empleos de calidad para este colectivo.
Qué se ofrece en estas buenas prácticas:
Antes de comenzar el proceso de reinserción laboral:
“un trabajo muchas veces ellas piensan que es la solución mágica, pero para encontrar primero el trabajo tienes que haber arreglado una situación que ellas todavía no lo han hecho” (profesional recurso reinserción laboral) En general, si se acude a las cifras y simplemente realizando una labor de observación en los recursos de atención a personas drogodependientes, ya sean de urgencia, de atención para la minimización del daño producido por el consumo, de desintoxicación o de reinserción sociolaboral, se comprueba que son pocas las mujeres que acuden a estos espacios o que mantienen una asistencia de continuidad en ellos.
¿POR QUÉ NO ACUDEN MUJERES AL RECURSO O ACUDEN EN MUCHA MENOS PROPORCIÓN QUE EN EL CASO DE LOS VARONES? ¿TIENEN LAS MUJERES USUARIAS DEL RECURSO OTRAS PROBLEMÁTICAS ESPECÍFICAS AL MARGEN DE SU NECESIDAD DE EINSERCIÓN LABORAL? ¿CÓMO PUEDO SABER SI TIENEN ESTAS PROBLEMÁTICAS Y CÓMO PUEDO SOLUCIONARLAS? ¿DE QUÉ FORMA INFLUYEN ESTAS PROBLEMÁTICAS EN SU PROCESO DE REINSERCIÓN SOCIOLABORAL Y DE RECUPERACIÓN PERSONAL?
“sí es cierto que las mujeres que son derivadas a nuestros recursos no enganchan, quiero decir… no mantienen una permanencia. Y los hombres sí que la mantienen” (profesional recurso de reinserción laboral)
Por eso, y a pesar de que estas Buenas Prácticas están enfocadas al último de los escalones que una persona ex consumidora debería alcanzar para su integración normalizada, la reinserción socio laboral, y por lo tanto debemos centrarnos en los espacios donde se trabaja este paso, es necesario que hagamos referencia al resto de las esferas de la atención a este colectivo y ubicar a estas mujeres consumidoras o ex consumidoras en un mundo, que como tantos otros, es eminentemente masculino. Y aquí queremos que se entienda lo que queremos decir: no nos referimos a que el colectivo de drogodependientes sea eminentemente de varones, sino a que las personas drogodependientes que acuden a algún tipo de recurso de atención, sí son en su mayoría hombres. También a los recursos de orientación laboral.
Es fundamental saber que esto está sucediendo y por qué está sucediendo, y no es válida la actitud de pasividad ante la ausencia de mujeres en los recursos de atención, ni tampoco es apropiado justificar la inexistencia de unos protocolos de intervención específicos ante este hecho si no se reflexiona más allá de una primera y superficial constatación.
Que no acudan mujeres a los recursos no significa que no existan. “la asistencia de mujeres a los recursos de atención no se corresponde con la realidad de mujeres consumidoras que existen” (profesional recurso de reinserción laboral) “creo que en general el colectivo drogodependiente … los que acceden más a recursos de empelo son más hombres que mujeres, en general” (profesional recurso de reinserción laboral)
“también tenemos que ser más imaginativos, y más creativos a la hora también de acercarnos a esta población, porque si la población no llega, no llega, no llega, pues no podemos estar diciendo “es que no llega”, no, no, también tendremos que ver cómo acercarnos a ellas y tocarles los puntos en donde pueden empatizar ellas con nosotros y nosotros con ellas, y sentirse seguras también para empezar lo que tú dices, a expresar sus problemáticas reales”
Informe completo
Fundación Atenea
En estos últimos veinticinco años, el panorama ha cambiado de forma asombrosa. Desde una tendencia a la interpretación psicosocial del fenómeno de la dependencia como una conducta desviada del individuo, sin apenas referencias previas y proponiendo, casi exclusivamente, programas libres de drogas, se ha avanzado hasta conseguir un nada despreciable dominio, basado en la experiencia y en la evidencia científica, de los modelos de intervención bio-psico-sociales, de los métodos de diagnóstico y evaluación, y del diseño y programación de los circuitos terapéuticos del paciente adicto a la heroína.
Se ha consolidado, de modo definitivo, la consideración de la adicción a la heroína como una enfermedad crónica, recidivante y de características complejas, y se ha mejorado y extendido, ostensiblemente, la oferta de tratamientos para el adicto que, en la actualidad y desde hace ya muchos años, contemplan la asistencia ambulatoria, el eventual ingreso hospitalario para desintoxicación, las comunidades terapéuticas y el trabajo de reinserción social a través de formación profesional, orientada al empleo, compensación escolar y asesoría legal.
Todos estos avances son el resultado de la respuesta de las Administraciones Públicas, tanto la del Estado como las de las Comunidades Autónomas, que han coordinado sus esfuerzos a través del Plan Nacional sobre Drogas, como lo son también de la colaboración social ante la complicada situación a la que todos nos enfrentábamos en aquellos años.
La coordinación de esfuerzos permitió tomar decisiones normativas valientes, a veces desafiantes para su tiempo, que impulsaron el desarrollo de los programas de disminución de riesgos y reducción de daños, entonces muy impopulares. Aún hoy, lamentablemente, estos programas son todavía rechazados por unos pocos desde posiciones
ético-credenciales, cuando no son más que la razonable y ponderada utilización de los conocimientos psicológicos, sociales y biomédicos para reducir los riesgos y los daños añadidos a una enfermedad crónica y de difícil manejo.
En la actualidad, los consumos de heroína son muy distintos a los de hace 25 años. Si en 1985, la heroína motivaba prácticamente la totalidad de las demandas y admisiones a tratamiento, en el año 2008 era la causa de sólo el 39,3%, habiendo sido sustituida por la cocaína como sustancia responsable del mayor número de demandas.
Existe un colectivo de heroinómanos de aquellos años, con edades superiores a los 50 años, que sobrevive a pesar del SIDA y de otras enfermedades infecciosas y sigue precisando atención y asistencia, pero su estilo de vida y sus hábitos de consumo han cambiado sustantivamente.
La población que inicia ahora el consumo de heroína suele ser policonsumidora de muchas otras sustancias y su perfil no tiene nada que ver con aquel otro de marginalidad, delincuencia, desarraigo socio familiar, fracaso escolar de larga duración y en el límite de la exclusión social que caracterizó a la de los años 80.
La heroína fue el yunque en el que se forjaron la mayor parte de los profesionales de las redes y de los Planes Autonómicos y, a través de la experiencia acumulada, nos ha sido más fácil entender el abuso de las nuevas sustancias y ha propiciado la existencia de un mecanismo semejante a una cremallera entre las políticas sociales y el ámbito sanitario, entre las Administraciones Públicas, las ONGs y otros muchos agentes sociales. Es responsabilidad de todos el lograr su óptimo funcionamiento.
Mucho es lo aprendido desde la epidemia de heroína de los años 80. Este Informe resume y actualiza los conocimientos adquiridos, partiendo de la historia del opio y revisando los aspectos epidemiológicos, diagnósticos, clínicos, farmacológicos y terapéuticos en su perspectiva multiprofesional y multidisciplinar. Dedica alguno de sus capítulos a las enfermedades y complicaciones derivadas o concomitantes con el abuso de heroína, así como a algunos aspectos médico-legales que siguen siendo relevantes hoy día.
El producto final editado ha sido el contenido más debatido, reformado y revisado de todas las monografías que le han precedido en el seno de la Comisión Clínica. La acumulación de datos, experiencia e investigación ha obligado a un proceso de selección crítico y laborioso, con la intención de ofrecer un texto asequible a la mayoría de los formadores de opinión a quienes se dirige, aminorando el peso, en la medida de lo posible, del lenguaje técnico y de los conceptos teóricos muy especializados.
Por último, en nombre del Ministerio de Sanidad y Política Social, quisiera agradecer a todos los miembros de la Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas la profesionalidad, el celo y el esfuerzo desinteresado que han demostrado en la elaboración de este informe.
I. Introducción
El opio es el jugo extraído de las cápsulas de la adormidera (Papaver somniferum). Se obtiene por una incisión poco profunda en la cápsula tras lo que aparece el mencionado jugo también llamado látex. De cada cápsula de adormidera pueden recogerse de 10 a 100 mg de opio.
Las semillas de la amapola del sueño y los hermosos cálices del fruto aparecen ya en ajuares funerarios de tumbas desde la Edad del Bronce, en la transición al Neolítico. Es el periodo de cambio de la sociedad cazadora y nómada hacia la sedentaria y agrícola.
Ya entonces eran conocidas sus propiedades analgésicas y estupefacientes. Era un conocimiento restringido a ciertos niveles de autoridad que se relacionaba con los rituales religiosos vinculados a la comida, la abundancia y la renovación de la vida.
Ha convivido con la humanidad durante más de 6.000 años sin apenas dar problemas hasta el siglo XIX y muchos siglos antes de que el alcohol o el cáñamo estuviesen presentes en los hábitos alimentarios y religiosos de los humanos(1).
Algunos usos de las semillas de la amapola son tan arcaicos como actuales: el añadirlas a la confección del pan sigue estando en auge, especialmente en Europa Central. Las semillas (unos puntitos negros o grises que llegan a cubrir la corteza, a veces) contienen mínimas, pero medibles, cantidades de alcaloides de opio, pero no son objeto de alarma social ni sanitaria. El conflicto se planteó a partir de la manipulación selectiva del jugo (opion), que se consigue “sangrando” con incisiones verticales el cáliz semifresco de las flores: ese es el “opio” al que nos vamos a referir.
Las cosas han ido cambiando
Las mezclas de opio con bebidas alcohólicas tienen una larga historia bien conocida como medicina y como afrodisíacos, aunque también fue el producto venenoso y eutanásico preferido por los líderes de los imperios persa, griego y romano. Fue mayor causa de muerte que la amarga cicuta, el veneno mortal usado para matar por sentencia firme.
No hay constancia de su abuso ni de su consumo social extendido hasta mediados del siglo XVI y, aún así, sin conllevar alarma social. Los españoles extendimos la costumbre de fumar la mezcla de tabaco con opio. En tiempos de Felipe II, sin embargo, el tabaco era mal visto por las autoridades civiles y eclesiásticas e, incluso, hubo autos de fe en la Plaza Mayor de Madrid por su causa. Pero nunca quedó clara la composición de lo que se fumaba y, por tanto, se prohibía.
En Filipinas, el Galeón de Manila sí comerciaba con algún puerto del “Imperio Central (China), especialmente Macao y Cantón, y su tabaco con opio o el maíz americano eran unas mercancías apreciables como trueque, para pagar, en parte, el intercambio con sedas, té, porcelana y otras múltiples especias de ultramar. A los emperadores Qing no les interesaban gran cosa las producciones industriales de los Imperios Occidentales y preferían el pago en plata de sus mercaderías.
Hacia finales del siglo XVIII ya se conoció una preocupante expansión de la costumbre de fumar opio sólo o con tabaco, que llevaba a que gente muy humilde gastara hasta dos tercios de sus ingresos para pagar el opio, que era siempre un producto de importación occidental, cuyo cultivo y elaboración estaban prohibidos en China. El consumo y la venta de opio se prohibieron, por primera vez, por orden del Emperador, en 1729, pero se favoreció con ello el desarrollo de un fuerte mercado negro, por contrabando en contravalor de plata y en aguas próximas a las costas chinas. Se consolidaron, también, poco a poco, las redes “mafiosas” o Tríadas en el Imperio Chino. Es la primera señal conocida del narcotráfico y el crimen organizado, en complicidad abierta con los países occidentales.
El Reino Unido controlaba, con sus plantaciones en India y el Golfo de Bengala, la mayor parte del negocio del opio en el mundo: holandeses, portugueses y franceses aspiraban a tomar parte en ese mercado. Fueron los holandeses los que eliminaron, para siempre, la antigua primacía de España en la venta de mezcla de tabaco y opio. Desde sus posesiones coloniales, Indias Holandesas del Este, Sumatra, Java, Borneo o Iriam, en las actuales Indonesia y Nueva Guinea, minimizaron la importancia de la línea marítima Cantón-Manila-Santa Cruz de Tehuantepec con trasporte terrestre por el Virreinato de Nueva España y nuevo embarque desde Veracruz hasta Cádiz o Sevilla, y arrinconaron en Goa y Macao las actividades de los portugueses, tras arrebatarles en guerras continuas sus muchos territorios de Malaca, Timor y las Célebes, en un empeño inusitado de eliminarles de los mares del sur.
La balanza de pagos, negativa para los occidentales, se fue equilibrando con la venta de opio, en tal manera, que amenazaba también la economía china al tener que pagarse el opio con plata y no con otras mercancías. Desde el comienzo del siglo XIX sí es detectable un alto consumo alarmante de opio en todo el mundo y, proporcionalmente, el saneamiento financiero occidental debe mucho a los ingresos por tasas, impuestos y exacciones derivados del mercado del opio.
Se popularizan los usos de mezclas de alcoholes destilados y polvo de opio, como el Elixir Paregórico o el Láudano Azafranado de Sydenham, sin poder olvidar los famosos whiskies con mezclas diversas, llamadas por los pieles rojas “Agua de Fuego” y que, en opinión de algunos, causó más muertes entre los indios de Norteamérica que el Winchester 73, en la conquista anglosajona de Las Grandes Praderas y el Far West.
Guerras del opio
Hacia 1838 y, probablemente, a causa de la muerte de uno de sus hijos relacionada con abusos del opio, el Emperador Dao-Ghuang, prohibió radicalmente la importación, el tráfico, el consumo e incluso el almacenaje de cualquier producto que lo contuviera en territorio chino.
Nombró un Delegado Imperial del más alto rango para imponer y hacer respetar la ley en Cantón, único puerto imperial autorizado entonces para comercio con extranjeros, a excepción del enclave portugués de Macao.
El delegado especial del Emperador, Lin Xezu, se encargó de que no entrara más opio en el puerto, y embargó el opio que había en los almacenes del puerto de Cantón, fundamentalmente en manos de comerciantes ingleses. Lord Napier, en nombre del Reino Unido, solicitó su devolución y una indemnización por el daño causado al negocio.
El Delegado Imperial se negó y dio órdenes para su destrucción, después de haber solicitado, en una carta digna de leerse, a la Reina Victoria su comprensión y apoyo en la defensa de los intereses de China frente a la importación de opio, explicando los daños que causaba a su pueblo, mientras que, sin embargo, estaba prohibida su libre importación en el territorio inglés.
La respuesta, con las conjeturas atribuibles a las lentas comunicaciones de la época y la dudosa lectura de la carta por parte de la Reina Victoria, fue un ataque en 1840 al puerto de Cantón por parte de un moderno y bien dotado ejército anglo-indio, transportado en buques de vapor, acorazados y bien armados, al que el ejército chino,
casi medieval en sus dotaciones, sucumbió en pocos días. La conquista se continuó, apenas sin resistencia posible, aguas arriba del río Yang-Tse y se incautaron los depósitos de impuestos imperiales en las ciudades que fueron cayendo.
Ese mismo año se firmó un tratado de paz a petición del Imperio Chino, el que es llamado en la China actual, Primer Tratado Desigual en Nanking, y que fue siempre visto como una humillación(2).
Suponía la indemnización económica a la Corona inglesa, la apertura de cuatro puertos al comercio inglés, la aceptación del negocio del opio en China, la cesión de Hong-Kong como colonia comercial y base naval inglesa, con trato de extraterritorialidad para la cobertura de los intereses comerciales del Imperio Británico.
A pesar de la paz, no dejó de existir una resistencia oficial china en contra de los británicos, que pretendían ampliar sus relaciones por un protocolo de “Nación Más Favorecida” por el Imperio Chino, para obtener mayores privilegios que Holanda, Francia o Portugal que, después de la victoria inglesa, también sacaron provecho en sus posiciones asiáticas frente a China.
Un incidente relativamente banal en 1860, como la detención, abordaje e inspección de un barco, antiguamente inglés y registrado en Hong-Kong, el “Arrow” y en ese momento propiedad de un armador chino, fue la chispa que encendió la ira inglesa para una nueva incursión a lo largo del Yang-Tse y la costa de China, llegando de Pekín, con la toma
de Cantón y el asedio de la Ciudad Prohibida que, sin que quede claro el motivo, fue saqueada y quemada, a pesar de la rendición previa de la plaza(3).
En esta Segunda Guerra del Opio y el subsiguiente Segundo Tratado Desigual de Tien Tsin, en la denominación china, todos los Imperios Occidentales ganaron libertades de implantación territorial, de libre circulación por el territorio chino, de negociación directa y no a través de los funcionarios imperiales y hasta de realizar acciones misioneras cristianas.
Francia se sumó a la Guerra precisamente para mostrar su animosidad por la muerte violenta de un misionero francés unos años antes. La comprensión del resto de los imperios occidentales hacia la campaña y su apoyo incondicional fueron proporcionales a los beneficios de tipo comercial que recibirían. La Colonia de Hong-Kong se amplió hacia el Norte, con toda la península de Kow-Loon. Se establecieron embajadas en Peking, la familia imperial china se vio obligada a participar en los beneficios del negocio del opio y se abrieron a los extranjeros muchos más puertos en la costa.
Estados Unidos (EEUU), sin un especial interés en el mercado del opio, colaboró como fiel aliado de Inglaterra hasta el asedio y toma de Peking. Coincide el final de la Segunda Guerra del Opio en 1860 y un Segundo Tratado Desigual, humillante para China de nuevo, con otras cuestiones de importancia: la industria química-farmacéutica alemana logra altos niveles de calidad en la extracción y depuración de los alcaloides que contiene el opio. Se inicia el mercado de la morfina pura. También alrededor de 1856 aparecen la aguja hipodérmica y la jeringuilla y, ya en 1860, se abre la primera fabricación industrial, Luer, en EEUU.
Hasta entonces, las “Guerras de las Drogas” son para imponer y defender el uso abusivo de éstas en países que se negaban a ello. Y, sin duda, fueron un éxito.
Alarma moral
El aumento progresivo del consumo de opio y sus derivados, el uso de morfina inyectable y, desde 1878, la diacetilmorfina o heroína comercializada hacia 1898 por los Laboratorios Bayer, en un principio como arma contra el morfinismo creciente y que pronto dejó ver su mayor riesgo de adicción, desembocó en una reacción de índole religiosa y moral.
La sociedad americana entraba en un proceso de depravación, autodestrucción y degradación de las costumbres que amenazaba seriamente su supervivencia. Ya no eran sólo negros, chinos ni mejicanos los que lo consumían, sino que el vicio pecaminoso y
demoníaco se apoderaba de probos blancos, de economía saneada y previamente ejemplares padres o madres de familias cristianas y de origen anglosajón. Un escándalo que había que detener en el nombre de Dios y los principios éticos cristianos. Abanderó la campaña el Rdo.
Charles Brenner, un pastor episcopaliano de Washington, que fue un honrado, contundente e insistente bastión incorruptible en la acusación de complicidad y culpabilidad hacia el Gobierno Federal.
El Senado se hizo eco de su voz y editó algunos folletos con sus recomendaciones. Abogaba por la prohibición de todo uso que no fuera debido a una indicación médica y toda distribución que no fuera en oficina de farmacia con un registro riguroso. Se promovía, por tanto, el control total y restrictivo de la importación, elaboración, distribución de opio y sus derivados, salvo en la forma de medicinas patentadas o en preparaciones farmacéuticas por fórmula magistral. Los encargados de los presupuestos miraban, en cambio, los ingresos por tasas, impuestos y exacciones y su discurso económico no coincidía con las premoniciones del Rdo. Brenner. No obstante, algunos estados, California entre los más radicales, ya habían prohibido fumar opio y llegaron a prohibir contratar chinos para cualquier trabajo. No se hizo tanto hincapié en el hecho de tomarlo por vía oral, en píldoras o gotas, que era el uso habitual entre los blancos.
A pesar del gran respeto de las Cámaras del Congreso y Senado, en 1899, tras la Guerra de Independencia de las Islas Filipinas, y con la ocupación americana del territorio, en reconocimiento a la ayuda prestada por los EEUU a la insurgencia, fue promovido el Rdo. Brenner a la dignidad de Arzobispo de Manila, desde donde, cerca del foco de producción y consumo más importante del mundo, pudo hacer una tarea de muy alto nivel global, por encargo y en representación del Presidente Roosevelt.
En 1906 inició la preparación de una Primera Conferencia Mundial del Opio, invitando a participar a todos los países implicados. Uno de sus principales objetivos era ayudar a China a liberarse del yugo del opio y la degradación en el que el vicio había sumido al pueblo, cincuenta años después de que los imperios occidentales hubieran logrado, por las armas, que lo consumieran libremente.
La Conferencia se celebró en Shanghai y terminó en abril de 1909, habiéndose celebrado, recientemente, su centenario con grandes fastos y colaboración de la República Popular China.
Los europeos no veían tanto peligro y Turquía, un gran productor ya entonces, no asistió.
Las representaciones fueron de bajo nivel y no se logró más que una aprobación de algunas normas generales encaminadas a disminuir la producción y controlar la distribución, tendiendo a limitar el uso indiscriminado del opio y derivados, sin afectar en nada a los aspectos médicos.
Se aceptó el volver a reunirse con mayor nivel de representación de los Estados, para la firma de un Tratado Internacional, en La Haya.
Éste se inició en 1912 y sus sesiones acabaron en 1914, sin que pudiese dar tiempo a evaluar las consecuencias de lo acordado por iniciarse pocos días después la Primera Guerra Mundial, que coincidió con una muy importante reducción del abuso de opio y cocaína.
El cannabis, tema que también fue tratado e incluido en los protocolos de La Haya, fue objeto de mayor discrepancia y falta de unanimidad. Su cultivo y venta no se limitó ni restringió hasta 1937 en EEUU y, en el resto de los países, no se empezó a considerar el tema hasta mucho después de la Segunda Guerra Mundial.
Informe completo
PNSD