Prólogo
Las normas de buena práctica clínica se han ido introduciendo progresivamente en todos los campos de las ciencias de la salud. El área de las adicciones, desde hace varios años, ha estado muy atenta a la formulación de guías clínicas destinadas a facilitar el manejo de los problemas relacionados con los comportamientos de uso y abuso de sustancias.
Por ello, en esta ocasión, asistimos a la actualización y profundización en las estrategias, tanto preventivas como de evaluación y tratamientos de las personas con adicción a la nicotina.
En estos momentos en que se puede realizar el balance de la aplicación en España de la “ley del tabaco”, y en consecuencia se pueden concretar los beneficios tanto para la salud como para la actividad laboral, vial, etc. se considera cada vez más importante trabajar sobre la amplia tasa de población que todavía depende de la nicotina.
En la presente “Guía Clínica”, se detallan con especial profundidad los aspectos de promoción de la salud mental y los preventivos, tal como indica la reciente Estrategia Nacional de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud.
Los aspectos terapéuticos quedan muy bien recogidos tanto desde la perspectiva farmacológica como psicológica, ya que los prestigiosos autores, coordinados por el Dr. Pereiro, constituyen un verdadero equipo multidisciplinar.
En este caso existe particular necesidad de pautas guía que se fundamenten en los siguientes aspectos: existe elevada prevalencia y discapacidad vinculada a las patologías adictivas, la práctica clínica se lleva a cabo con una notable variabilidad de tratamientos (farmacológicos, psicológicos, etc.) y criterios diagnósticos (subtipos múltiples), existe un importante consumo de recursos con elevados costes directos, indirectos e intangibles, disponibilidad creciente de hechos y/o evidencias científi cas muy dispersas y, por último, existe una demanda y utilidad potencial en el campo de la asistencia primaria.
Sumariamente, se puede asumir con gran esperanza que la serie Guías Clínicas, hoy se consolida con esta nueva dedicada al tabaquismo. Esperamos, por tanto, que esta fórmula de desarrollar niveles de acuerdo entre los profesionales y el estado actual del conocimiento facilite a los clínicos y preventivistas la justifi cación de la toma de decisiones.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud muestran de manera continuada desde hace años que el consumo de tabaco se sitúa en los primeros lugares entre los factores de riesgo que provocan muerte y discapacidad. Así, el humo del tabaco, voluntariamente o involuntariamente inhalado, lidera el grupo en el que se encuentran la hipertensión arterial, el consumo de alcohol, el sobrepeso, el exceso de colesterol, la inactividad física, el consumo de drogas ilegales o los riesgos para la salud relacionados con el trabajo (WHO, 2007).
Las autoridades sanitarias han emprendido hace años una lucha contra la epidemia del tabaquismo que ha comenzado a dar sus frutos con resultados dispares en diferentes países. En nuestro ámbito geográfi co más cercano, los países que componen la Unión Europea de los 25, se observan esos desiguales resultados en las acciones emprendidas para tratar de frenar y reducir las consecuencias del consumo de tabaco.
Mientras en la mayoría de países del oeste europeo la prevalencia del tabaquismo está estabilizada o en descenso, tanto en hombres como en mujeres, en otros países del este europeo los datos registrados muestran que todavía el descenso no ha comenzado a producirse en muchos lugares o incluso para algunos grupos, como el de las mujeres, el consumo está en franco aumento (WHO, 2007). Globalmente, en todos los países de la Unión la prevalencia de consumo podría haberse pasado del 28.8% en el año 2002 al 28.6% en el año 2005.
El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (CMCT OMS), fi rmado por 168 Partes y ratifi cado por 141, incluida la Comunidad Europea, reconoce que se ha demostrado de manera inequívoca que la exposición al humo del tabaco es causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad. El Convenio obliga a la Comunidad y a sus Estados miembros a adoptar medidas contra la exposición al humo de tabaco en lugares de trabajo interiores, transportes públicos y lugares públicos cerrados.
Según la encuesta del Eurobarómetro sobre la actitud de los europeos ante el tabaco (European Comission, 2006), tres cuartas partes son conscientes de que el humo de tabaco presenta un riesgo para la salud de los no fumadores y un 95 % sabe que fumar en presencia de una mujer embarazada puede resultar muy peligroso para el bebé. La encuesta muestra que las políticas para un entorno sin humo reciben el respaldo de los ciudadanos de la UE. Más de cuatro de cada cinco encuestados son favorables a la prohibición de fumar en el lugar de trabajo (86%) y cualquier otro lugar público cerrado (84%).
La mayoría de los europeos también es favorable a que esta prohibición se extienda a los bares (61%) y restaurantes (77%). Los Estados miembros que ya aplican esta medida en los establecimientos de hostelería son los que cuentan con mayores índices de aprobación en cuanto a las cafeterías (más del 80%) y restaurantes (más del 90%) sin tabaco.
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lunes, 30 de noviembre de 2009
Guía Clínica Basada en la Evidencia Científica: TABAQUISMO
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