Introducción
Según el estudio E.C.A., el alcoholismo es el trastorno mental que tiene una mayor prevalencia de vida (13,5%), en la población de los Estados Unidos de América (Regier y cols,1990):
- Alcoholismo 13,5%
- Abuso o dependencia de otras drogas 6,1%
- Trastornos de ansiedad 14,6%
- Trastornos afectivos 8,3%
La prevalencia del alcoholismo equivaldría, por tanto, al doble de la del abuso de todas las otras drogas juntas (6,1%) y a más de la mitad de todos los demás trastornos mentales (no adictivos) juntos (22,5%). Y sería tan o más elevada que la de todos los trastornos de ansiedad juntos o que todos los trastornos afectivos juntos.
El estudio E.C.A. ha sido completado y ampliado con otros estudios epidemiológicos, como el N.C.S. (Kessler i cols., 1997), que han comprobado además que el alcoholismo presenta una elevada prevalencia de comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos graves y con otras drogodependencias; lo cual contribuye a aumentar sustancialmente el riesgo de comportamientos agresivos, violencia y suicidio, en dicha población de pacientes.
Según el estudio N.E.S.A.R.C., el alcoholismo, los trastornos afectivos y los trastornos de ansiedad son los trastornos psiquiátricos que tienen una mayor prevalencia, durante los últimos 12 meses (Grant i cols., 2004):
- Alcoholismo 8,46%
- Abuso de drogas 2%
- Trastornos de ansiedad 11,08%
- Trastornos afectivos 9, 21%
El alcohol es la droga psicoactiva de consumo más extendido en España. Un 5,3% de población general española y un 12,3% de los estudiantes de 14-18 años, presentan un consumo de riesgo (>=40gr/día en hombres y >=25gr/día en mujeres; que sería equivalente a 4 copas de vino o cerveza/día en hombres y 2 en mujeres).
Entre los estudiantes de 14-18 años ha aumentado el consumo intenso de alcohol. La prevalencia de intoxicaciones alcohólicas agudas (embriagueces), en los 30 días previos a la encuesta, pasó de 8,6% en 1996 a 12,3% en 2004 y la proporción de bebedores de riesgo de 8,6% en 1996 a 12,3% en 2004 (Observatorio Español sobre Drogas, Informe 2004).
Se estima que entre los pacientes de la Atención Primaria hay de un 4% a un 29% de bebedores de riesgo, de un 0.3% a un 10% de bebedores abusivos y de un 2% a un 9% de pacientes con dependencia al alcohol (Reid – 1999).
El alcohol es el tercer factor de riesgo para la salud (tanto para la aparición de enfermedades como para la muerte prematura) más importante, por detrás del consumo de tabaco y la hipertensión arterial. Como factor de riesgo para la salud es 3 veces más importante que la diabetes y 5 veces más importante que el asma (Anderson y Baumberg, 2006).
Conviene tener en cuenta, además, que el alcohol puede inducir trastornos mentales (depresión, ansiedad, inestabilidad emocional, trastorno del sueño, etc.), no tan sólo en las personas que presentan un trastorno por dependencia del alcohol, sino también en las que hacen un consumo excesivo de alcohol (World Health Report, 2002).
El consumo excesivo de alcohol puede causar o exacerbar hasta 60 enfermedades diversas y además constituye un factor determinante de incidentes de violencia familiar y de género, accidentes laborales y de circulación.
El consumo de bebidas alcohólicas tiene una importante repercusión en los accidentes de tráfico y más de la tercera parte de conductores fallecidos por accidentes de tráfico presenta una concentración de alcohol en sangre >=0,3 gr/l (Observatorio Español sobre Drogas, Informe 2004).
En total, el gasto tangible que el alcohol provoca en la Unión Europea se estima en unos 124 billones de euros al año y el no tangible en unos 270 billones de euros al año (Anderson y Baumberg, 2006).
En 1976 la Organización Mundial de la Salud definió el alcoholismo a través del síndrome de dependencia alcohólica: “un estado psíquico y habitualmente también físico resultado del consumo de alcohol, caracterizado por una conducta y otras respuestas que siempre incluyen compulsión para ingerir alcohol de manera continuada o periódica, con objeto de experimentar efectos psíquicos o para evitar las molestias producidas por su ausencia”.
El término alcoholismo incluye el trastorno por dependencia del alcohol y el trastorno por abuso de alcohol (Asociación Americana de Psiquiatría, 2002). La Organización Mundial de la Salud define el Síndrome de dependencia del alcohol de manera muy parecida pero al trastorno por abuso de alcohol lo denomina Consumo Perjudicial de Alcohol y lo define como el consumo de alcohol que está afectando ya a la salud física o mental (Organización Mundial de la Salud, 1992).
Informe completo
Socidrogalcohol
lunes, 30 de noviembre de 2009
Guía Clínica Basada en la Evidencia Científica: ALCOHOL
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