martes, 10 de noviembre de 2009

Las drogas ilegales entre los jóvenes de Castilla-La Mancha

En los últimos años son varias las investigaciones que el Observatorio de drogodependencias de Castilla-La Mancha, desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y con la participación de la Fundación para la Investigación sanitaria en Castilla-La Mancha, ha realizado en torno al complejo mundo de los jóvenes y su relación con las drogas. Estudios que abordaban la cuestión desde los contextos que pueden propiciar los consumos (Jóvenes, tiempo libre y
consumos de drogas.

Modelos, vivencias y expectativas entre los jóvenes de Castilla-La Mancha; 2005), desde los modelos de prevención (Alcazul. Evaluación del programa de prevención del consumo de drogas en Castilla-La Mancha; 2007) y tratamiento (La trayectoria vital y la experiencia terapéutica de los adictos a drogas ilegales en Castilla-La Mancha; 2005), o desde las diferencias intergeneracionales (La edad en los consumos de drogas. Diferencias entre jóvenes y adultos en Castilla-La Mancha; 2007).


Estas investigaciones, con independencia de que emplearan técnicas cualitativas o cuantitativas, o ambas, abordaban los temas desde la perspectiva de las opiniones, argumentos y discursos de la población joven general, consumidora o no. Es en este momento cuando se plantea un mayor acercamiento a quienes representan la realidad de los consumos, concretamente de sustancias ilegales. Son numerosos los estudios relativos a los consumos de alcohol y tabaco, pero no tanto los centrados en otras sustancias, y menos desde la perspectiva de los consumidores. Por ello planteamos la presente investigación como un necesario acercamiento a los y las jóvenes de Castilla-La Mancha que representan los referentes, las expectativas, las motivaciones, los temores y los riesgos de los consumos de sustancias ilegales. Conociendo un poco más los elementos que conforman sus discursos estaremos en mejor disposición de abordar las políticas necesarias para la prevención o mejor tratamiento de sus consumos.

Para ello, y como la realidad de los consumos es múltiple y compleja, centramos nuestro acercamiento en dos sustancias que protagonizan, de diferente manera, los consumos juveniles (y no juveniles): el cannabis y la cocaína. Uno por representar la aparente “normalización” o creciente aceptación social de un consumo considerado ilegal; la otra por encarnar lo que socialmente se interpreta como consumos emergentes, en alza o de moda, en torno a los cuales se plantean toda una serie de nuevos riesgos.

Ello no significa que no se aborden también otras sustancias, ni por supuesto que se minimice la importancia y presencia de esas otras sustancias. Simplemente, la investigación afronta sus objetivos partiendo de un necesario ejercicio de focalización.

Intentar diversificar o abordar todos los consumos posibles, en un estudio cualitativo como este, difuminaría resultados e imposibilitaría la riqueza de una acercamiento más restringido. Así, el presente estudio ofrece una visión de los consumos (de cannabis y cocaína, pero también de otras sustancias) desde quienes se reconocen consumidores habituales de las mencionadas drogas. Discursos probablemente minoritarios si atendemos a los porcentajes generales de consumo, pero esenciales por cuanto encarnan muchos de los hábitos que tienden a ser socialmente analizados desde la alarma, la sorpresa, la incomprensión o el rechazo.

El informe está dividido en tres grandes bloques. En el primero se abordan, desde la perspectiva global de todos los grupos, cuestiones que tienen que ver con la visión general relativa a las drogas y su consumo; sin entrar en demasiadas disquisiciones en relación a las sustancias concretas, pues lo que interesa es acercarnos a la manera en que insertan los discursos relativos a las drogas en su contexto social, así como a la forma en que se explicitan los motivos y expectativas a la hora de consumir.

Informe completo
UNAD

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