lunes, 5 de octubre de 2009

Diferencias en habilidades cognitivas entre jóvenes universitarias consumidoras de alcohol


Resumen
La evidencia empírica ha mostrado que el consumo abusivo de alcohol puede repercutir negativamente en determinadas funciones cognitivas. El objetivo de este artículo ha sido analizar si existe relación entre el consumo de alcohol y determinadas habilidades cognitivas (memoria, percepción y razonamiento) en jóvenes universitarias.

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Health and Addictions


Se han utilizado varios cuestionarios para recoger el perfil adictivo de las jóvenes y para evaluar el rendimiento de los sujetos en tareas que implican ciertas habilidades cognitivas. Participaron 100 mujeres, de entre 18 y 25 años, distribuidas en dos grupos: consumidoras de riesgo (n=31) y consumidoras de bajo riesgo (n=69), siguiendo los criterios de la OMS. En cuanto a los resultados, por un lado, el grupo de las consumidoras de riesgo mostró un patrón de consumo más grave en términos de uso de otras sustancias, frecuencia de consumo y porcentajes de cumplimiento de criterios de abuso.

Por otro lado, en cuanto a las habilidades cognitivas se encontraron diferencias significativas entre grupos en razonamiento abstracto y en percepción. Los resultados muestran tendencias de cómo el consumo abusivo de alcohol podría afectar al funcionamiento cognitivo de las mujeres jóvenes. Futuros estudios podrían profundizar en estos déficits y aportar luz en la mejora de las técnicas terapéuticas y preventivas en
este campo.

El consumo de drogas es uno de los principales problemas de salud pública en España. Según el Plan Nacional sobre Drogas (2007) el 81% de los estudiantes de 14 a 18 años habían consumido alcohol en el último año y el 65.5% lo había hecho en el último mes. La mayoría se había emborrachado alguna vez en la vida y más del 30% lo habían hecho durante el último mes. En cuanto al consumo habitual, un 47,3% había consumido alcohol más de 8 días en los últimos 30 (51,8% en hombre y
42,8% en mujeres).

El inicio temprano de consumo de alcohol, situándose la edad media de consumo de sustancias en los 13 años (Plan Nacional sobre Drogas, 2007), podría desembocar en una mayor probabilidad de padecer problemas relacionados con el consumo de alcohol en los años posteriores. El adolescente se encuentra en un período de desarrollo tanto a nivel cognitivo como físico, todo su cuerpo sufre cambios, y un correcto desarrollo de éste puede verse mermado por una ingesta abusiva de alcohol.

El alcohol puede afectar tanto a la estructura como a la función del SNC, pudiendo afectar a las funciones neuropsicológicas (Kalechstein & van Gorp, 2007). Éste grado de deterioro depende del patrón de consumo, la cantidad de ingesta, el policonsumo, los antecedentes, etc. Diversos estudios y evaluaciones muestran que la corteza prefrontal suele ser la zona más afectada por el consumo de alcohol (Garcia-Moreno, Exposito, Sanhueza, & Angulo, 2008). La mayoría de estos estudios
demuestran que tanto el uso como el abuso de sustancias psicoactivas puede afectar a determinadas funciones cognitivas. Estas investigaciones se centran en la evaluación y el estudio de las funciones cognitivas asociadas a la corteza prefrontal, tareas de atención y memoria de trabajo En dichas investigaciones se han encontrado algunas diferencias significativas de las funciones cognitivas y también en tareas relacionadas con la atención. Las puntuaciones obtenidas en las pruebas siempre fueron peores en drogodependientes. (Easton et al., 2008; Garcia-Moreno et al., 2008; Grenard et al., 2008; Secades-Villa et al., 2008; Verdejo-Garcia & Perez-Garcia, 2008; Verdejo-Garcia et al., 2006; Verdejo-Garcia et al., 2005).

En el caso de los adolescentes se ha estudiado la posibilidad de encontrar déficits cognitivos asociados al consumo de alcohol y otras sustancias habituales durante los fines de semana (Corcos, Phan,Nezelof, & Jeammet, 2005; Cortes Tomas et al., 2008; Garcia-Moreno et al., 2008; Harvey, Sellman, Porter, & Frampton, 2007; Indlekofer et al., 2008; Pattij, Wiskerke, & Schoffelmeer, 2008). Se han encontrado ligeras diferencias entre grupos de consumidores y no consumidores, especialmente en tareas de atención, viéndose un peor rendimiento en los consumidores.

En definitiva, el consumo habitual de alcohol podría llevar a un deterioro cognitivo y neurológico, tanto en adolescentes como en la edad adulta. Por otro lado, la prevención del consumo de alcohol en adolescentes ha de ser multifacética (centrándose en la familia, la salud, etc.), basándose en la lógica de que al disminuir los factores de riesgo, la probabilidad de consumo también disminuirá (Carballo Crespo et al., 2004; Fernández Hermida & Secades Villa, 2003). Puesto que el bajo rendimiento escolar se ha mostrado como un factor de riesgo para el consumo de alcohol en adolescentes (Becoña, 2003), y además, está altamente relacionado con las funciones cognitivas, los adolescentes podrían beneficiarse de estrategias para la mejora de las habilidades cognitivas a la hora de prevenir el consumo. En este sentido estudios realizados muestran que aquellos sujetos con peores habilidades tienen una mayor probabilidad de consumir alcohol (Thush et al., 2008). Es por esta razón por lo que la mejora de las habilidades cognitivas podría prevenir el consumo de alcohol. El objetivo de este artículo es analizar si existe relación entre el consumo de alcohol y determinadas habilidades cognitivas (percepción, memoria y razonamiento) en jóvenes universitarias, con el fin de profundizar en la problemáticas asociadas al consumo de alcohol en los jóvenes.

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