INTRODUCCIÓN: En el ámbito médico legal, y concretamente en el campo de la patología forense, la importancia del consumo de drogas está plenamente justificada por ser una causa de muerte con implicación judicial con incidencia creciente. En este sentido, diversos autores afirman que la mortalidad entre consumidores de drogas es muy superior a la encontrada en la población para los mismos grupos de edad y género [3]. Dentro del extenso grupo de sustancias de abuso, son los opiáceos y la cocaína las más frecuentemente relacionadas con la muerte por reacción adversa aguda a dichas sustancias, estableciendo los recientes datos publicados que ésta última se halla relacionada en el 54 % de las muertes por consumo de drogas [1]. Entre los mecanismos de muerte asociada al consumo de cocaína se halla la patología cerebro vascular hemorrágica que se aborda en el presente artículo. Es necesario el conocimiento de esta complicación del consumo de cocaína, no sólo para desempeñar correctamente nuestra labor pericial, sino para auxiliar en el diseño de políticas y programas destinados a reducir los problemas relacionados con el consumo de drogas.
El consumo de drogas es un problema que tiene un relevante impacto a nivel social, mediático, sanitario y judicial. Los elevados índices de consumo de dichas sustancias en nuestro país lo sitúan a la cabeza en las estadísticas de consumo con respecto a nuestros vecinos de la Europa comunitaria.
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En el ámbito médico legal, y concretamente en el campo de la patología forense, la importancia del consumo de drogas está plenamente justificada por ser una causa de muerte con implicación judicial con incidencia creciente. En este sentido, diversos autores afirman que la mortalidad entre consumidores de drogas es muy superior a la encontrada en la población para los mismos grupos de edad y género.
CASO1:
Varón de 21 años sin antecedentes patológicos ni tóxicos conocidos. Mientras discutía con otra persona en la calle, presenta una parada cardio-respiratoria brusca que se consigue reanimar extrahospitalariamente. Ingresa en UCI del hospital en situación de muerte cerebral falleciendo a las 24 horas. Se practica TAC craneal que pone de manifiesto una hemorragia intraventricular y subaracnoidea masivas. En el análisis químico-toxicológico de orina realizado en el hospital se detecta cocaína y tetrahidrocannabinol. El examen neuropatológico muestra un encéfalo de 1625 g. que presenta los siguientes hallazgos a la inspección y cortes coronales seriados: edema cerebral y reblandecimiento generalizado con destrucción de sustancia blanca periventricular, hemorragia subaracnoidea masiva, hemorragia de todo el sistema ventricular, agenesia de la arteria cerebral comunicante posterior izquierda e hipoplasia de la arteria comunicante posterior derecha (Fig. 1).
Figura 1A.-Hemorragia en el asta occipital del ventrículo lateral, así como en el espacio subaracnoideo.
Figura 1B.- Disección del polígono de Willis en el que se observa agenesia de la arteria cerebral comunicante posterior izquierda
e hipoplasia de la arteria comunicante posterior derecha.
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