miércoles, 7 de octubre de 2009

Relación del consumo de alcohol y drogas de los jóvenes españoles con la siniestralidad vial durante la vida recreativa nocturna

RESUMEN
Fundamento:
El fenómeno conocido como consumo concentrado de alcohol y otras drogas se produce de manera frecuente entre los jóvenes en las áreas recreativas nocturnas. El presente estudio analiza las conductas de riesgo y la siniestralidad asociada al alcohol y otras drogas en una muestra de jóvenes que participan de la vida recreativa nocturna.

Informe completo
SciELO (Scientific electronic library online)

Método:
Participaron 440 jóvenes de 3 comunidades autónomas. El tamaño de la muestra fue estimado mediante Respondent Driven Sampling. Los análisis estadísticos exploraron frecuencias y medidas de asociación de conductas de riesgo en conducción en relación con la siniestralidad, número de estados de embriaguez, frecuencia de accidentes en el último mes, influencia de sexo y edad, así como la potencia predictiva de dichas variables respecto a la siniestralidad.

Resultados:
Un 50,2% de los jóvenes ha subido con un conductor ebrio y/o drogado, un 23,2% ha conducido embriagado y un 23,5% bajos los efectos de otras drogas. A mayor implicación en la noche, mayor frecuencia de embriaguez [ chi2 (9)=112,24; p< ,000 ]; a mayor número de borracheras, mayor frecuencia en las conductas: subirse con otros conductores ebrios o drogados [ chi2 = 36.442, (3) p< 0.001 ], conducir ebrio [ chi2 =23,748, (3) p< 0,001 ] y conducir drogado [ chi2 = 23,816 (3) p< 0,001 ]. El análisis de regresión destacó conducir ebrio (odds-ratio=5,4) como conducta de riesgo más asociada a los accidentes de tráfico.

Conclusiones:
Las conductas de riesgo durante la conducción de vehículos muestran una elevada incidencia. Embriaguez, uso de drogas e implicación en la noche aumentan la frecuencia de dichas conductas. Conducir ebrio fue el mejor predictor de los accidentes.

Introducción
Se estima que cada año mueren en el mundo 1,2 millones de personas a causa de accidentes en la vía pública y otros 50 millones resultan heridas. Sin un renovado compromiso con la prevención, las proyecciones indican que estas cifras aumentarán en torno al 65% en los próximos 20 años1. Se calcula que una de cada cuatro muertes en carretera entre varones de 15 a 29 años es atribuible al abuso de alcohol2. Está bien establecido que el alcohol es un factor principal en las heridas y muertes no sólo de conductores ebrios sino de otros usuarios de las vías3. Según autoinforman los jóvenes universitarios de un estudio español, conducir después de consumir alcohol es una práctica generalizada entre ellos y en algunos casos incluso después de haber consumido dosis elevadas4.

Por otra parte, un 35% de los consumidores habituales de cannabis reconoce que con frecuencia se pone al volante en las cuatro horas siguientes al consumo de la droga5. Los efectos negativos del cannabis sobre la conducción han sido ampliamente documentados6-9, así como también los diversos efectos posibles del consumo combinado de alcohol y cannabis sobre la conducción3,10, quedando su influencia fuera de toda duda.

Existe amplia literatura congruente sobre las diferencias de género en conducción de riesgo según la cual son los varones jóvenes los que con mayor frecuencia se ven involucrados en los accidentes con heridos11. Los varones informan asumir mayor número de conductas de riesgo en conducción12,4 mientras que las mujeres muestran mayor grado de cumplimiento de la normativa de tráfico12 y una actitud más positiva hacia la seguridad vial13.

También existe evidencia de que la vida recreativa nocturna es un factor de riesgo para el consumo de alcohol y otras drogas por parte de los jóvenes14, 15 y también para otras conductas de riesgo16. El fenómeno conocido como binge-drinking (consumo concentrado de alcohol de una sentada) y otras drogas se produce de manera frecuente entre los jóvenes en las áreas recreativas nocturnas17,18. La presencia de conductas de riesgo durante la conducción es elevada entre los jóvenes en el contexto recreativo19,20.

En los estudios tradicionales sobre conducción se consideraba como principal conducta de riesgo conducir ebrio y conducir drogado. Sin embargo, varios estudios han manifestado la importancia de la conducta de riesgo de subirse a un vehículo cuyo conductor está ebrio y/o drogado21. Un estudio europeo muy reciente muestra además la elevada prevalencia de esta conducta entre los jóvenes (datos sin publicar).

Este estudio tiene como objetivos explorar entre los jóvenes que suelen salir de marcha los fines de semana la incidencia de las conductas de riesgo en conducción (subirse con un conductor ebrio o drogado, conducir ebrio, conducir drogado), la incidencia de los accidentes debidos a consumos de alcohol y otras drogas, y la relación que se establece con diversos factores de riesgo: sexo, consumos y el grado de implicación en la vida recreativa nocturna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario