miércoles, 14 de octubre de 2009

Rango social y drogadicción


En un estudio experimental realizado en 20 monos macacos machos (Macaca fascicularis), Morgan D. y colaboradores, de la Wake Forest University en Winston-Salem, North Carolina, miden el impacto que supone cambiar, al cabo de 1,5 años, el enjaulamiento individual de los monos por un enjaulamiento colectivo, repartidos en grupos de 4 por jaula.

Este cambio del aislamiento a un ámbito "social" provocó modificaciones en la concentración cerebral de receptores D2 de la dopamina, demostrados mediante la práctica de una tomografía con emisión de positrones (PET) y también en la cuantía de la autoadministración intravenosa de cocaína.

Pero lo llamativo fue que estos cambios afectaron únicamente a los monos que se convirtieron dominantes en cada grupo enjaulado.

Salud al día

Los receptores D2 para la dopamina (un neurotransmisor liberado en las sinapsis del sistema nervioso) están implicados en el desarrollo de la drogadicción.

La cocaína actúa como inhibidor de la "recaptación" de la dopamina a nivel de la sinapsis (su recuperación por la terminación nerviosa desde el espacio de la sinapsis, una vez que ha estimulado el receptor).

Morgan y colaboradores midieron la concentración de los receptores D2 de la dopamina en los 20 macacos, mediante la PET, tras la inyección de (18F) fluoroclebromida - una sustancia que se acopla a los receptores D2- cuando se encontraban todavía recluídos en jaulas individuales. La medida de la concentración de receptores D2 fue repetida al cabo de tres meses de estar enjaulados en grupos.

Cuando los animales estaban enjaulados individualmente, todos tenían la misma concentración cerebral de receptores D2 de la dopamina ocupados tras la inyección de la (18F) fluoroclebromida. Sin embargo, cuando los animales fueron enjaulados en grupos, se demostró un incremento de la concentración cerebral de receptores D2, demostrados mediante la PET en aquellos monos que en su jaula compartida colectivamente habían ganado sus luchas y se habían convertido en dominantes.

Este cambio en la concentración de receptores D2 de la dopamina se había demostrado en trabajos anteriores al cabo de tres años, mientras que en esta investigación el cambio en la concentración se produce a los tres meses.

El primer hallazgo significativo de este trabajo es que el cambio en la concentración de los receptores D2 acoplados ocurre como respuesta a una modificación en la relación social -el ascenso de rango social hasta hacerse dominante - y no como consecuencia de factores genéticos.

Dado que el sistema de la dopamina -sistema dopaminérgico- es vital para muchos procesos fisiológicos entre los que se incluyen aquellos que significan recompensa, refuerzo de la autoestima y también la adicción a drogas, este hallazgo tiene una especial transcendencia para la especie humana.

Teniendo en cuenta que las condiciones de alojamiento parecen inducir cambios neuroquímicos en pocos meses, la implicación para los seres humanos sería que estos cambios neuroquímicos podrían ocurrir perfectamente dentro de los límites temporales de algunas actividades sociales normales.

El segundo hallazgo significativo ha sido que el enclaustramiento de los monos en minisociedad da como resultado también una gran disminución de la autoadministración de cocaína en los animales dominantes, que se muestran resistentes a los efectos de la droga.

Por el contrario, la cuantía de la autoadministración es comparativamente mucho más elevada en los animales sometidos al animal dominante, lo que les convierte en propicio a desarrollar la drogadicción.

Los autores llegan a la conclusión de que esta es la primera evidencia de que la susceptibilidad a la drogadicción a la cocaína puede ser mediada por el rango social.

Kuhar M., de la Emory University, quien analiza críticamente en el mismo número de la revista algunos aspectos de estos interesantes hallazgos, se pregunta: ¿Cuáles son los mecanismos subyacentes en las modificaciones en la concentración de receptores D2 acoplados, demostradas mediante la PET?

Este mayor número de receptores D2 acoplados puede ser debido a que exista un mayor número de estos receptores o a que el organismo disponga de menos dopamina en las sinapsis -que es la sustancia que normalmente se acopla en estos receptores- por lo que quedarían libres más receptores para acoplarse con la sustancia inyectada como marcador antes de practicar la PET.

Morgan D. concluye que existen estudios que demuestran que las ratas enjauladas individualmente presentan más dopamina en las sinapsis, niveles más elevados en sangre de dopamina y son más susceptibles a la autoadministración de droga. Por analogía, Morgan D. argumenta que los monos macacos enjaulados individualmente, comparados con los monos socialmente dominantes, poseen más dopamina en las sinapsis, por lo que su nivel de receptores D2 libres para acoplarse con la (18F) fluoroclebromida , y demostrados en la PET, es inferior.

Los autores del trabajo califican como "hiperactividad dopaminérgica " a la situación neuroquímica cerebral del animal que se encuentra aislado en una jaula individual y sugieren que, cuando el animal se convierte en dominante dentro de un grupo social, la actividad de la dopamina se normaliza.

En consecuencia, un animal con un sistema dopaminérgico hiperactivo sería característico del fenotipo propicio a desarrollar la drogadicción.

En esta misma linea argumental, los autores piensan que el hecho de que aumente en los animales dominantes la concentración de receptores D2 libres para ser acoplados sugiere que la capacidad para controlar sus propios recursos que estos animales demuestran puede llegar a inducir cambios neuroquímicos cerebrales.

A pesar de todo, los autores de este importante trabajo en el que se combinan: como animal de experimentación a primates no humanos en un ambiente social, un procedimiento para la autoadministración de cocaína y técnicas muy modernas para el diagnóstico bioquímico mediante imágenes, como la PET, muestran cierta cautela en la interpretación de sus resultados.

Un reto importante sería conocer qué aspectos en el desarrollo y en el mantenimiento de la "dominancia" dentro de un grupo social provocan los cambios neuroquímicos y, después, si este conocimiento podría ser utilizado en algún momento en programas de tratamiento de drogadictos humanos.
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